Es una sentida necesidad que se viene clamando desde años en diversos sectores la descentralización política y administrativa en el país. El gobernador del Alto Paraná, y actual titular del Consejo de Gobernadores del Paraguay, Roberto González Vaesken, ha enfatizado sobre el tema, señalando que llegó la hora de poner en práctica, lo que hasta ahora no ha pasado de una simple teoría y deseo.
La centralización del manejo del Estado ha sido muy perniciosa para el desarrollo equitativo del Paraguay. Desde el gobierno de Wasmosy ese empezó a hablar de la descentralización, pero nunca se puso en práctica, a pesar de la necesidad de hacerlo. La mezquindad de las autoridades impide hasta ahora lograr el crecimiento económico y social de esta república. La falta de voluntad política y patriotismo son los principales problemas de nuestros gobernantes.
El gobierno de Mario Abdo Benítez tiene que escuchar el reclamo de las autoridades regionales del país, como lo viene realizando desde que tomó el poder departamental, el gobernador del Alto Paraná, Roberto González Vaesken, quien es un convencido de que la descentralización política y administrativa permitirá una mayor equidad social para cada uno de los paraguayos y todos quienes habitan esta bendita nación sudamericana.
El Paraguay debe trabajar para lograr su ansiado despegue económico y para eso el gobierno deberá ofrecer las condiciones adecuadas necesarias para así lograr los objetivos propuestos. El país necesita una gran transformación socia-económica, que permita conducir hacía el derrotero de la prosperidad, para una buena distribución de la riqueza, y no como se encuentra actualmente la república, donde hay un marcado deterioro en la sociedad.
Esta nación guaraní no puede continuar siendo el “patio trasero” de Sudamérica y mucho menos el de la ilegalidad, famas adquiridas en el extranjero, y que ningún gobierno de turno pudo cambiar es pésima imagen, que mucho daño ya ha causado a este país, geográficamente en un punto estratégico en esta parte del hemisferio sur.
Una de las soluciones para este mal que azota al Paraguay sería descentralizar el Estado y darle una mayor responsabilidad a las autoridades regionales y distritales, pero sin descuidar el rígido control de gestión, por parte de las instituciones pertinentes, lo cual permitirá el uso adecuado de los recursos públicos. El gobierno nacional tendrá que poner su parte para materializar el objetivo, porque urge la necesidad de la descentralización en el país.