Escribe: Luis Alen.
Las imposiciones desde el poder fáctico encarnado por Horacio Cartes son rechazadas a nivel popular, en la ANR y en la oposición, lo que directamente influye para el posicionamiento de fórmulas electorales como la ascendente dupla presidencialista conformada por Arnoldo Wiens, de Añetete, y Roberto González Vaesken, de Renovación y Unidad Colorada.
El presidente Marito Abdo termina un año signado por la emergencia sanitaria, pero, pese a la gravedad de la crisis, un factor a favor del Gobierno ha sido la gestión en materia de obras públicas, lo que ha beneficiado al proyecto electoral del titular del MOPC, lo que indudablemente causa escozor en HC, más aún porque el ministro Wiens podría estar acompañado en la fórmula presidencial por el gobernador altoparanaense, que personifica desde el año pasado en el partido Colorado la “rebeldía” contra las directivas procedentes del quincho del Patrón.
La inversión en 2020 de alrededor de mil millones de dólares en materia de rutas, puentes, viaductos, caminos vecinales y otras obras de infraestructura, ha permitido mantener un razonable nivel de actividad económica, que junto a la dinámica agropecuaria, ha logrado compensar en cierto modo las enormes pérdidas en otros sectores de la economía provocadas por la pandemia del coronavirus, lo que lleva a calcular una caída de sólo 1,6 por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB), la más baja a nivel regional latinoamericano según la CEPAL, Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas.
Es cierto también que Marito le dio alas a Cartes para afianzar su avance sobre las instituciones, a partir del control cartista de la cúpula partidaria y la Cámara de Diputados, además de su evidente influencia en la Fiscalía y la Justicia. Por razones de supervivencia política, el abdismo “abdicó” de su preeminencia en el poder, pero no por ello dejó de practicar un sorprendente equilibrismo para sobrevivir en una cohabitación con HC, a través de la Concordia Colorada, que a estas alturas ya no pinta tanto como solo un acuerdo electoralista sino tiene todas las características de un pacto de impunidad para salvar eventualmente el pellejo ya sea de Abdo o de Horacio.
Pero esta convivencia forzosa implicó, como no podía ocurrir de otra manera, la incrementada repulsa ciudadana al copamiento de la institucionalidad de la República por el poder fáctico de Cartes, al mismo tiempo que la debilidad del gobierno de Marito lo facilitaba. Es que HC aprovecha la ocasión, por su misma vocación emprendedora, para aumentar aún más su penetración en el control de los negocios, santos y no tan santos, lo que por supuesto origina gran malestar en el empresariado tradicional, muy vinculado también a los tratos y contratos con el Estado.
Cartes ya se da el lujo de imponer su presencia en inauguraciones donde comparte el palco con Marito, de quien hasta recibe elogios por su anterior gestión, como ocurrió en la habilitación oficial de la costanera de Salto del Guairá, la semana pasada. Son evidentes muestras de que el Patrón ya no tiene empacho en dominar la escena, cuando lo correcto hubiera sido que el presidente mantuviera la posición privilegiada de poder, como lo indica el manual de la ciencia política y lo prescribe la Constitución.
Frenar al cartismo
Marito sabe, y lo mismo Horacio, que en última instancia hay que vivir “con la Constitución en la mano”, y no sólo de palabra sino también en los hechos.
Una razón de supervivencia para Marito Abdo es que hasta el momento ha logrado mantener a raya a HC en el Senado, y para ello aglutina a Añetete con la oposición, no dando lugar a que los senadores cartistas logren articular un frente que habría posibilitado la “toma del poder total” con la ayuda de los liberales llanistas.
Sin embargo, habrá que ver hasta dónde avanza el cartismo en desarticular una alianza opositora que le puede amargar un suculento bocado en la pulseada electoral de 2023, con la actual tentativa de defenestrar a Efraín Alegre del directorio del PLRA.
Es notable la insistencia de Blas Llano y sus compinches en seguir la orden del Patrón para, a través de la convención liberal “trucha” del domingo pasado, conseguir el “desdoblamiento” de la interna prevista para el 20 de junio para las candidaturas municipales, enviando a otro día la elección de autoridades partidarias que prevé la ley electoral que sea en simultáneo, con lo cual se crea la misma situación ilegal que implicó la continuidad de las autoridades de la ANR hasta diciembre de 2022, sin pasar por la puja de mediados del año próximo.
El objetivo llanista es muy notorio, como es la intención de realizar la elección de la dirección partidaria en otra fecha, para ganar eventualmente el control del partido con el apoyo de los votantes que le facilite Horacio, en un día en el que no tengan el dedo manchado por la tinta indeleble, ya que deben votar también el 20 de junio en la interna colorada para las municipales.
Este atropello contra la institucionalidad republicana debe ser ahora convalidado o rechazado por la Justicia Electoral, y eventualmente por la Corte Suprema. Es de esperar que los magistrados tengan la suficiente mirada hacia el futuro de las nuevas generaciones de paraguayos que desean vivir en la legalidad constitucional, y finalmente no den lugar a la pretensión de “desdoblar” la elección liberal, que tiene claros visos de ser un grosero golpe al Estado de Derecho.