El 12 de diciembre pasado se cumplió un año de la acusación y pedido de juicio oral requerido por la fiscala Liliana Alcaraz, para el diputado Carlos Portillo (PLRA). Sin embargo su proceso está totalmente paralizado.
La jueza penal de garantías de Ciudad del Este Cinthia Garcete no puede fijar la fecha para la audiencia en la que se debe decidir si se eleva o no a juicio oral el caso del diputado Portillo, quien está acusado por tráfico de influencias.
Mientras que la Cámara no resuelva el incidente presentado en mayo de este año por el parlamentario que apeló la providencia que fijaba la preliminar en su contra y de la otra procesada, la abogada Lucia Escobar, no se puede proseguir con el caso y el diputado sigue ocupando sin problemas su banca con el blindaje que le dan sus colegas en la Cámara Baja.
También está pendiente de resolución una apelación sobre la pericia de los teléfonos celulares de Portillo y la denunciante Auda Angélica Fleitas, a quien prometió conseguir una resolución judicial favorable a cambio de US$ 3.000.
La fiscala Liliana Alcaraz solicitó la pericia de los aparatos, para poder comprobar que existen mensajes entre el diputado y Fleitas, en los que se hizo el pedido de dinero; sin embargo, la diligencia está pendiente desde hace meses porque la Cámara de Apelación tampoco se expide al respecto.
El acusado maneja a su antojo el proceso en su contra desde el 28 de agosto de 2018, cuando la Cámara de Apelación integrada por Pedro Mayor Martínez, Gustavo Ocampo y Gustavo Santander (con voto en disidencia de este último) decidió que el proceso sea tramitado en los tribunales de Ciudad del Este.
El 9 de octubre pasado la Cámara de Diputados archivó el pedido de pérdida de investidura y terminó blanqueando a Portillo, acusado por tráfico de influencias; Ulises Quintana (ANR, Añetete), acusado y hoy preso por asociación criminal en tráfico de drogas y lavado de dinero; y Tomás Rivas (ANR, cartista), imputado por el caso “caseros de oro”.
En esa sesión Portillo dijo: “desde el inicio de la investigación siempre estuve a disposición de la justicia, yo mismo pedí mi desafuero en su momento, para que el Ministerio Público pueda hacer su trabajo libremente”. Sin embargo, desde su desafuero presentó una serie de chicanas logrando llevar su caso a Ciudad del Este, zona de influencia del diputado liberal quien se salvó de perder su investidura.