HC no da el paso al costado para no apeligrar la chance

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Horacio Cartes no deja la titularidad colorada a pesar de las presiones de Estados Unidos y de Fuerza Republicana. Se aferra al poder y de ganar la ANR gobernará en la mesa grande sentado con la dirigencia fronteriza de Canindeyú, y Santi Peña en la mesa chica junto a Pedro Alliana.

Escribe: Luis Alen.

A poco más de un mes de las elecciones, la estrategia del cartismo es mantener a Horacio Cartes a toda costa al frente de la ANR, a pesar de las dificultades financieras por la falta de crédito de los bancos y la sanción financiera de Estados Unidos. Se considera que un paso al costado de HC podría significar una merma mayor en las chances de victoria, teniendo en cuenta que Santi Peña no sube en las encuestas y mantiene un piso de 35 por ciento.

 

El horno no está para bollos en el puesto de comando de la calle 25 de mayo, a estar por la evaluación realizada por los estrategas del cartismo, que no ven muchas chances de victoria en el caso que Horacio Cartes renuncie a la titularidad de la junta de gobierno de la ANR antes de los comicios, más aún tras la dura constatación que Santi Peña ha venido bajando en el primer puesto de las encuestas desde fines del año pasado, de un cómodo 45 por ciento al actual 35 por ciento, incluso en las mediciones mandadas pagar por el propio HC.

Por este mismo motivo es que se le impidió a Peña debatir en vivo con Efraín Alegre en la televisión, en las dos oportunidades programadas en abril por parte de un conjunto de entidades de la sociedad civil, al ser solicitada también a los organizadores la presencia de otros candidatos que estarían restando votos al candidato de la Concertación, como son Euclides Acevedo y Payo Cubas. Por supuesto, Efraín no aceptó el condicionamiento.

Era una excelente oportunidad para que ambos candidatos que pelearán por la jefatura del Estado dentro de 45 días, expongan sus planes de gobierno al país, en vista de los reclamos generalizados que existen de programas sociales que lleven a un mayor bienestar de la población, al mismo tiempo que se pide más seguridad en las calles y una justicia eficaz para combatir al crimen organizado y a la corrupción en la administración estatal.

 

Ausencia oficialista

Se suceden los pedidos de renuncia del oficialismo abdista a Cartes, supuestamente por la necesidad de obtener el crédito de los bancos para la campaña electoral, pero se sabe que Horacio no dará el paso al costado por la sencilla razón que no le queda otra alternativa que aferrarse al cargo como única opción para, en el caso que gane Santi Peña, mantener el poder fáctico intacto en la Justicia y con lo cual tener un blindaje que le permita evitar ser extraditado a los Estados Unidos.

En las carpas de Fuerza Republicana se llegó a calcular que HC podría dar el paso al costado si es que su permanencia apeligrase las chances del coloradismo en las elecciones. Pero por el momento no se está dando este escenario, reconoce el liderazgo abdista, más aún porque Horacio se mantiene en el cargo a pesar de reconocer que su presencia está evitando el financiamiento bancario, ya que ningún banco se atrevería a prestarle a la ANR por la severidad de las sanciones de Estados Unidos en el caso de transgredir las normas financieras dictadas por la potencia mundial.

Hasta ya cunde la impresión de que un triunfo de Peña también podría ser beneficioso para el oficialismo liderado por Marito Abdo, siempre que el candidato cartista se despegue finalmente del padrinazgo de su mentor HC y se vuelque a ser como el factor de unidad de las diversas corrientes de la ANR con el fin de iniciar el nuevo gobierno con el patrocinio de todas las bases.

Sin embargo, Peña no demuestra tener “uñas de guitarrero” para este menester, como lo confirmara el titular de Yacyretá, el expresidente Nicanor Duarte Frutos, quien ya poco después del triunfo electoral de Honor Colorado en la interna presidencial del 18 de diciembre afirmó sin vueltas que la “soberbia” de Horacio Cartes es mucho más potente que cualquier intento de unidad o de las propias ansias de Peña de liderar por fuera de las órdenes del Patrón.

Nicanor llegó a pronosticar que el mismo escenario de 2018 volverá a darse en 2023, con una diferencia de dos puntos a favor de Santi sobre Efraín, tal como se dio en el caso de la victoria de Abdo sobre Alegre hace cinco años.

Es prácticamente un empate técnico que con un poco más de esfuerzo de unidad por parte de la oposición le podría dar la victoria a Efraín. Sin embargo, sabido es que el cartismo jugará todas sus cartas, tal como ya lo está haciendo, para que la oposición vaya dividida al máximo en las presidenciales y su pedido de la presencia de otros dos opositores en el debate con Santi lo está demostrando.

Otro factor de riesgo para el oficialismo, pero también para el propio país, es que de ganar Santi Peña, el cartismo se erigirá en el eje dominante no sólo porque estará supeditado a las prioridades de HC y su problema personal con Estados Unidos, sino también porque la administración cartista del poder supondrá la total subordinación de la justicia a las directivas provenientes de la calle 25 de mayo, donde estará el poder real a cargo de Horacio.

Con un poder que no ejercerá Peña al estar en manos de Cartes, se ciernen negros nubarrones sobre la República, a menos que el electorado tome conciencia de que no conviene tener un presidente títere de alguien que detenta el poder real en las sombras.

Pero el liderazgo oficialista también sabe que con la salida de Cartes de la junta antes de las elecciones, el candidato de la ANR perderá fuelle, por lo que prefieren en última instancia quedar con la esperanza de que un Santi Peña victorioso se desmarque de HC después del 30 de abril.

 

Oposición dividida

Sin el “abrazo republicano” entre colorados, con mayor razón la oposición dividida es una opción real para que el cartismo pueda seguir con fe en la victoria.

Polarizar las elecciones entre dos candidatos es una apuesta difícil en el país, en ausencia del sistema de balotaje no previsto en la Constitución. Y la consecuencia es lo que ocurre hoy con la Concertación Nacional, que no logró reunir a todos los opositores alrededor de la dupla Efraín Alegre-Soledad Núñez.

Tanto Santi como Efraín no polarizan los votos colorados y opositores, respectivamente, por lo que no les resta otra salida que recurrir a dar varias opciones a los votantes, valiéndose del recurso de la división opositora.

Hasta el pedido de voto útil con alguna descabalgadura, que es la única opción que queda al haber fenecido el plazo para la renuncia de candidatos, no se está dando. Así como a nivel país, en el departamento de Alto Paraná el intendente de Ciudad del Este, Miguel Prieto, líder del movimiento Yo Creo y que apoya a la Concertación, imploró a Efraín Alegre que le pida al candidato del PLRA, Óscar González Drakeford, que dé un paso al costado en favor de Daniel Mujica, el candidato del lord mayor de CDE en la elección para la gobernación, con el objetivo del triunfo ante el candidato de la ANR, el cartista César “Landy” Torres.

Prieto afirmó que para la continuidad de su proyecto político de una tercera fuerza a nivel nacional, resulta crucial el triunfo de Mujica sobre Torres en la gobernación del Alto Paraná, y que para ello necesita el apoyo de los liberales, a los que acusó de ser funcionales a los colorados porque siempre juegan sólo a ser “segundones” de la ANR en el poder.

 

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