Con cierta frecuencia, Taiwán reclama su regreso a la ONU y las instituciones internacionales. En entrevista Camilo Chang, cónsul general de la República de China (Taiwán) en Ciudad del Este, manifiesta sobre la necesidad e importancia de la inclusión de su país en los mecanismos de la ONU, la opresión por parte de China Continental y la posición ante las problemáticas globales.
Declaró que, en tiempos actuales, en donde los graves desafíos que enfrenta la comunidad internacional: como la pandemia del Covid-19, la escasez de alimentos y energía, las interrupciones en las cadenas de suministro a nivel mundial, el cambio climático y una serie de otros problemas globales ya no debería de existir la desunión entre las naciones, ni mucho menos, la búsqueda por medio de la coerción de imponer autoritarismo como lo viene haciendo la República Popular de China con relación a Taiwán.
Agregó que, debido a la inexorable opresión por parte de la República Popular de China, Taiwán aún no puede ser partícipe en el foro de cooperación global más grande e importante del mundo, basándose en el principio de “Una China”, y haciéndole creer al mundo de que Taiwán es parte de la República Popular de China, sin embargo, son jurisdicciones separadas y ninguna está subordinada a la otra.
Para entender un poco el contexto; en 1949 luego de una guerra civil, el partido popular derrotó al gobierno original de la República de China fundando así la República Popular de China, obligándolo a trasladarse a la isla de Taiwán, llevando consigo una parte de la población, bajo el mismo sistema de gobierno y los mismos principios.
La república Popular de China nunca ha gobernado Taiwán, independientemente. de cómo la misma presente una visión distorsionada, pues la considera como una provincia rebelde de su territorio, y no reconoce su independencia.
“Por esa mala interpretación se le ha privado a Taiwán por mucho tiempo el derecho de participar en las reuniones de la ONU y de sus agencias especializadas y, por ende, ha privado a la comunidad internacional de servirse con los aportes de Taiwán”, señaló el cónsul
Manifestó que: Es hora de que todas las naciones sean involucradas, las graves crisis interconectadas solo podrán resolverse cuando el mundo entero se una”.
Taiwán está más que dispuesto y es capaz de ser parte de tales soluciones conjuntas. Y con toda seguridad, los resilientes 23,5 millones de taiwaneses no deberían ser excluidos de estos esfuerzos globales tan importantes.
Una vez más, es necesario invocar a los miembros de la ONU, que se reunirán nuevamente este año en Nueva York, para la 77ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, sobre la necesidad de que todas las personas, incluyendo el pueblo de Taiwán tengan sus voces oídas, y de que sus esfuerzos sean unidos al de los demás miembros para poder enfrentar desafíos globales en busca del bien común.
Taiwán tiene mucho por ofrecer y el mundo mucho por ganar. Instamos a las naciones a que reconozcan las duraderas contribuciones de Taiwán a la comunidad internacional y que permitan su participación en el sistema de la ONU, finalizó.
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