Taiwán reafirma su compromiso climático en la antesala de la COP30: Un llamamiento a la inclusión

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Irma Chen, cónsul general de la República de China (Taiwán) en Ciudad del Este.

La ciudad brasileña de Belém se prepara para ser el epicentro de la acción climática global al acoger en noviembre la trigésima Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Esta cumbre es crucial, pues marca el quinto aniversario de la implementación del Acuerdo de París y busca trazar la ruta para la próxima década de transición hacia una economía verde.

En este contexto de urgencia, Taiwán, a pesar de su exclusión de los foros internacionales, ha reiterado su compromiso inquebrantable con la lucha climática, demostrando que la voluntad de un país por la sostenibilidad trasciende las barreras políticas.

Metas ambiciosas y estrategia verde

El cambio climático es una amenaza directa a la seguridad humana, la salud y la ecología. Consciente de ello, Taiwán ha formalizado su ambición a través de su Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC 3.0), estableciendo metas claras:

Reducción de Emisiones: Disminuir entre un 36 % y 40 % las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2035.

Neutralidad de Carbono: Alcanzar las cero emisiones netas para 2050.

Estas acciones se enmarcan en el Proyecto Nacional de Esperanza, impulsado por el presidente Lai Ching-te. Este plan pivota sobre cinco estrategias que buscan un crecimiento verde e inclusivo: el desarrollo de energía verde inteligente, la transformación digital y ecológica de la industria, el fomento de estilos de vida sostenibles, un fuerte liderazgo gubernamental en la transición y, fundamentalmente, una “transición justa” que asegure que todos los sectores de la sociedad se beneficien y nadie quede rezagado.

Liderazgo ambiental y resiliencia

Taiwán no solo establece metas, sino que implementa políticas concretas y pioneras. La nación ha lanzado su propio sistema de tarificación del carbono con un precio inicial de 10 dólares por tonelada métrica de CO₂e, sentando un precedente de responsabilidad ambiental en Asia.

Simultáneamente, el país está ejecutando un Plan de Acción Integral para la Reducción de Carbono que incluye 20 medidas emblemáticas, abarcando desde el despliegue de energía solar y eólica marina hasta la descarbonización del transporte y el fomento de la agricultura sostenible y la economía circular.

Además, la nación insular ha implementado un Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, fortaleciendo la resiliencia territorial ante fenómenos extremos como tifones e inundaciones.

Un llamado a la unidad y la inclusión

La COP30 es vista como una oportunidad decisiva para renovar la cooperación global. Desde el Consulado General de Taiwán en Ciudad del Este, se reitera la convicción de que la lucha climática exige unidad, inclusión y responsabilidad compartida.

«Permitir la participación de Taiwán en los mecanismos internacionales sobre cambio climático no es solo un acto de justicia, sino también una medida pragmática que fortalece la capacidad del mundo para alcanzar la neutralidad de carbono.»

Taiwán, actuando con el rigor y la transparencia de los Estados Parte del Acuerdo de París, desea ser parte activa de la solución, aportando su experiencia, innovación tecnológica y voluntad política para construir un planeta más resiliente, justo y sostenible, en el verdadero espíritu del “Mutirão Global” que inspira la cumbre de Belém.

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