
Escribe: Luis Alen.
En vez de socavar su reconocido poder fáctico, a Horacio Cartes la “designación” por parte de Estados Unidos como “significativamente corrupto” le ha dado por el contrario un mayor soporte político, a la vista del resultado electoral de la interna colorada con su triunfo ante Marito Abdo por la titularidad de la ANR. Pero sigue sobre el tapete la posibilidad de alguna medida adicional proveniente de la potencia del Norte, que no se sabe si vendrá antes o después de las elecciones generales de abril, como sería el caso del ya famoso pedido de extradición por la acusación de solventar la impunidad para favorecer el financiamiento al terrorismo internacional, según la embajada norteamericana en Asunción.
Aparte de no poder viajar a USA e incluso a cualquier país por temor a eventuales medidas en su contra, la calificación norteamericana no le hizo mella a HC, electoralmente hablando, pues ahora la confirmación de su dominio de la maquinaria política colorada con el aval de los votantes republicanos, le serviría como suficiente parapeto para aumentar su poder fáctico demostrado en el control tanto de la Fiscalía, del Poder Judicial y de la Cámara de Diputados.
No es un dato menor que HC haya recibido el apoyo mayoritario de los afiliados colorados, después que hayan fracasado todos los intentos de juicio político contra la fiscal general Sandra Quiñónez y últimamente hasta contra el titular “con permiso” de la Corte Suprema, Antonio Fretes, que deberá salir del puesto en marzo por su jubilación. Los votos de colorados y liberales adheridos al cartismo fueron suficiente respaldo para los máximos exponentes de la Justicia.
Las miradas están puestas ahora en el nuevo fiscal general, Emiliano Rolón, quien tendrá que tomar distancia necesariamente, a partir del 9 de marzo, del encajonamiento escandaloso de los fiscales en relación a todos los expedientes relacionados con Horacio, dando el necesario impulso a las investigaciones, porque de otra manera sería una vergüenza que sólo la Justicia de una potencia extranjera mueva la estantería de nuestra Fiscalía General del Estado, como desgraciadamente ya ocurrió con el caso del asesinato del fiscal Marcelo Pecci.
Sucedió en Colombia, un país que dio el ejemplo de cómo se debe actuar contra los criminales poniendo rápidamente entre rejas a los sicarios ejecutores del magnicidio, pero lamentablemente sin que hasta ahora en Paraguay se tengan noticias de algún adelanto en la investigación sobre quién dio la orden aquí para el alevoso crimen.
La fiscalía sometida
Emiliano Rolón adelantó que no le temblará el pulso cuando tome medidas contra el crimen organizado y la mafia de los narcos, pero su gran desafío pasa por el grado de sometimiento que ha tenido la Fiscalía del poder fáctico de HC, quien ha utilizado a su directo beneficio esta situación, con el agregado de usar el Ministerio Público hasta como garrote político, como quedó demostrado en la forma en que se actuó contra el exministro del Interior de Marito Abdo, el exfiscal Arnaldo Giuzzio, que precisamente osó hace ahora un año denunciar en la fiscalía, sin éxito, a Cartes.
En vez de tomar en serio las denuncias sobre lavado de dinero, contrabando de cigarrillos y financiamiento probable de actividades del terrorismo internacional, presentadas contra Horacio en sede fiscal, los fiscales allanaron la casa de Giuzzio por su supuesta relación con un narco y habrían realizado el procedimiento sólo como forma de apropiarse de importante documentación relativa a las denuncias contra HC que tenía en su poder el exministro. Después quedó todo varado y el caso va camino al famoso opa rei.
Estaba previsto que un eventual triunfo de Cartes en la interna colorada, tal como ocurrió al derrotar en forma holgada al presidente Abdo, le daría mayor aire para enfrentar lo que se viene con relación a la actitud que podría tomar Rolón, quien de todas formas estaría también a la espera del resultado de las elecciones de abril, ya que finalmente todo depende de cómo le va a Santi Peña, el títere de HC, en su puja con Efraín Alegre por la jefatura del país.
Por el momento, Rolón ya ha prometido que investigará a Sandra Quiñónez y que cualquier indicio de mala gestión al frente de las causas puestas en sus manos será investigada hasta las últimas consecuencias, incluyendo una denuncia formal contra la actual titular del Ministerio Público.
Todo apunta a que el pronunciamiento de la ciudadanía en las elecciones generales será fundamental para el futuro político del Paraguay y del Patrón HC, quien estará expectante desde su sillón de Bernardino Caballero para continuar como el gran árbitro de la situación, en función a una hipotética recomposición de fuerzas tanto en el Palacio de Gobierno como en el Congreso nacional.
La posible “caída”
Si “cae” la ANR, de cualquier forma HC tendrá peso propio en el Parlamento para enfrentarse con el nuevo poder proveniente de la actual oposición nucleada en la Concertación nacional, que también tendrá la posibilidad de sumar fuerzas en ambas cámaras legislativas. Se avizoran desde mayo próximo caldeadas negociaciones políticas tanto para el control del Congreso como en la conformación del soporte político necesario para el nuevo Ejecutivo.
En un escenario también posible, si vence la ANR el 30 de abril se habrá consumado el máximo logro de HC, que sumará a su poder fáctico el poder político.
Sin embargo, su gran lastre será, de todos modos, el relacionamiento con Estados Unidos, que como lo dijo el mismo abogado de Cartes, Pedro Ovelar, maneja el caso HC como un verdadero “secreto de Estado”, por lo que en cualquier momento podría sorprender al país con otras sanciones contra Horacio, incluido un posible pedido de extradición de la Justicia norteamericana por las supuestas conexiones del Patrón con actividades de terroristas que figuran en la lista negra de USA, tal como se habría concretado por ejemplo en el caso del avión iraní que vino a llevar cigarrillos de Tabesa desde el aeropuerto Guaraní, en mayo pasado, pocos días después del asesinato del fiscal Pecci.
Está visto que el Gobierno de EE.UU. también espera que el electorado nacional dé un vuelco a la situación política actual dominada por el cartismo. El optimismo podría estar en “veremos” si se tiene presente que la ANR logró reunir en su interna a 1.200.000 votantes, el doble que la oposición en su conjunto el mismo 18 de diciembre, para dar la victoria a HC.
Por eso es posible esperar alguna medida norteamericana antes de las elecciones, como una especie de aviso para poner en guardia a la sociedad paraguaya en la necesidad de seguir luchando contra la corrupción y la impunidad, que resultaría hasta una temática aparentemente ya poco importante para los electores, a estar por los resultados de la interna en la ANR.
Pero hay que recordar que, para Estados Unidos, está claro que HC es el factótum de la corrupción y la impunidad, por lo que el Gobierno norteamericano no se quedaría evidentemente de brazos cruzados a esperar un resultado que eventualmente hasta podría darle un espaldarazo al poder fáctico de HC en abril, porque más adelante ya sería muy complicado para las relaciones paraguayo-norteamericanas el hecho de que Horacio dé órdenes al nuevo presidente sentado en el sillón de López, desde su despacho en la calle 25 de mayo.
La falta de medidas de la fiscalía paraguaya contra los declarados “corruptos” por Estados Unidos, como HC y el vicepresidente Hugo Velázquez, además de la demora de eventuales medidas contra ellos de la Justicia norteamericana, posibilita ahora un “abrazo republicano” de conveniencia entre ambos, con miras a llegar unidos a las elecciones.
Pero, ¿sería conveniente para Horacio aparecer abrazado con el “Toro”?, sabiendo que Estados Unidos observa todos sus movimientos y está decidido a evitar que tomen el poder quienes son los acusados de comandar o en su defecto dar protección a la mafia del poder político, cuyo relacionamiento cercano con el crimen organizado trasnacional, que financia al terrorismo, se halla en la mira de la potencia del Norte porque es su enemigo público número uno.
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