
Escribe: Luis Alen.
Como ya se dio en el pasado, se va armando una nueva disidencia en la ANR con el fin de actuar como un contrapeso al poder de Horacio Cartes, el hombre fuerte de la política paraguaya. El actual oficialismo abdista se va perfilando para este cometido, pero necesariamente deberá pactar con sectores de la oposición para lograr una mayoría en el Senado, con la presidencia del Congreso como primer trofeo y luego el control sobre las medidas que surjan del gobierno de Santi Peña, que por ahora muestra una total sujeción a las órdenes de HC, como se ve con las personas nombradas para el gabinete de ministros.
A pesar de la intención del cartismo de alzarse también con el mando del Senado, los disidentes colorados se armaron de coraje y contradijeron la orden proveniente del quincho de la calle España, con lo cual se abre una posible contención al poder de HC, que se va evidenciando como el verdadero propietario de la lapicera en el gobierno de Santi Peña.
Las nominaciones ministeriales para el nuevo Ejecutivo lanzan el claro mensaje de quién será el verdadero poseedor de la última palabra en las decisiones más importantes del próximo gobierno, con la evidente finalidad de poner al cartismo como la única línea posible a seguir, instalando la imagen de la vigencia plena del poder de Horacio Cartes con miras a influir no sólo en el Ejecutivo y el Legislativo sino también en la Fiscalía y el Poder Judicial.
Hasta el momento, las designaciones de los futuros ministros que tomarán con Santi Peña la administración del país el 15 de agosto, no sorprenden tanto por su calificación o falta de preparación para el cargo, sino por el hecho de que los nombres propuestos hablan de un ejercicio del poder con el propósito notorio de poner un parapeto tanto a la disidencia colorada como a la oposición, respondiendo al propósito bien definido de evitar que la Fiscalía o la Justicia tomen medidas contra HC.
El trofeo del Senado
Las negociaciones sobre la mesa directiva del Congreso indican que Fuerza Republicana, en sus últimos días de oficialismo, va tomando conciencia de su papel como contrapeso al poder de Cartes con un protagonismo en el Senado, bajo la nueva denominación de “independientes” y el liderazgo de Lilian Samaniego, pero con la necesidad de pactar con una oposición disminuida y por demás muy dividida, como lo demuestra la pulseada por la presidencia del Senado, que al mismo tiempo es del Congreso nacional.
La incógnita está lanzada desde el momento que también la Fiscalía y el Poder Judicial deberán enfrentarse al poder cartista para mostrar una imagen de independencia, que resulta fundamental para que finalmente el Paraguay adquiera el tan ansiado grado de inversión de las calificadoras internacionales de riesgo-país, con el fin de llegar al crecimiento económico sostenido y sustentable en términos ambientales, y con el fin último de ir saliendo de los índices muy bajos de desarrollo humano a pesar de los años de fuerte incremento en la producción sojera-cerealera y ganadera.
También se irán conociendo los nombres de los integrantes del gabinete económico y energético de Santi Peña, pero todo hace suponer que también responderán a la línea dura cartista, en el sentido de supeditar cualquier medida indicada por los técnicos a un paso previo por el cedazo del centro de poder ubicado en la calle España.
Una indicación de ello es el nombramiento de la futura ministra de Obras Públicas, Claudia Centurión, ligada al Grupo Cartes a través del ex titular del MOPC de la época de la presidencia de HC, Ramón Jiménez Gaona, actualmente con proceso judicial por el caso del fallido Metrobús.
Los nombramientos con clara impronta cartista responden por lo visto a la intención de advertirle a Santi Peña que toda prioridad técnica con el objetivo de realizar reformas en el Estado con miras al equilibrio presupuestario, serán bien recibidas, pero con la salvedad de poner siempre en primer lugar los intereses del cartismo, entre los que se halla en primer lugar el poder político de HC y la defensa a ultranza del Patrón en contra de cualquier intento fiscal o judicial de procesamiento o condena.
Pero las medidas económicas inevitables podrían chocar en algunos casos con las urgencias del Patrón. Hay reformas que no se podrán demorar más en áreas relacionadas con el equilibrio fiscal con ramificaciones en el sector social, como el régimen de pensiones del Estado, el IPS y la asistencia a los pobres extremos, incluyendo los problemas de salud pública y el sistema educativo, pero son urgencias que sólo se podrán atender con la cooperación internacional y no con más deuda externa por encima del 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), que es un nivel exageradamente elevado.
Un presidente condicionado
El presidente electo se halla capacitado técnicamente para enfrentar el desafío de lograr el equilibrio en las cuentas públicas sin dejar de lado por ello la atención a las urgencias sociales, pero todo quedará sujeto evidentemente a las prioridades del poder cartista, muy necesitado de mantener su influencia sobre las decisiones que se adopten en el ámbito judicial, con el fin de evitar un procesamiento con condena incluida en contra del Patrón, erigido ahora en el hombre fuerte de la política paraguaya.
Hasta las inversiones privadas importantes deberán contar con el visto bueno de HC, lo que para algunos sectores empresariales no sería del todo satisfactorio pero para otros sí, con tal de garantizar que no existan convulsiones sociales a la vista.
Sin embargo, lo que esperan los inversionistas internacionales es que Horacio sea también investigado o hasta sancionado por las causas que tiene pendiente en la Fiscalía, que son “una infinidad, pero en general no en específico”, según la resignada afirmación del fiscal general Emiliano Rolón, consultado a propósito por la prensa al cumplir los 100 días de gestión al frente del Ministerio Público, sin que finalmente consiguiera procesar al Patrón en ninguna carpeta fiscal, aunque sea simbólicamente, pese al apoyo que le pudiera venir de la embajada norteamericana.
Pero un indicio de que Rolón puede ir investigando el “mecanismo” de HC, lo demuestra la decisión de mover la dormida carpeta fiscal sobre lavado de dinero relacionada a su “hermano del alma”, Darío Messer, después de cinco años de estar dormida en los anaqueles de la Fiscalía de Sandra Quiñónez.
El nuevo titular del Ministerio Público desempolvó la carpeta fiscal contra el extitular de la Seprelad de la era Cartes, Óscar Boidanich, acusado por la fiscalía de haber evitado investigar a Messer, el doleiro condenado en Brasil por el caso Lava Jato, que estaba escondido en el país y era protegido de HC durante su presidencia, como ya lo comprobó Estados Unidos.
En la conferencia de prensa del lunes pasado, el fiscal general no dio lugar a muchas esperanzas de medidas inmediatas contra Cartes, pues aclaró que “son investigaciones en fase preliminar”, bajo la lupa de varios fiscales que se reúnen en una junta y evalúan el avance de los casos, para luego tomar una decisión en la institución “sobre si se hace una sola imputación o varias”.
Lo cierto y concreto es que Emiliano Rolón dejó en claro que la imputación contra HC responderá a una interpretación de los tiempos políticos, ya que por el momento no se avizora aún el grado de poder que tendrá el contrapeso disidente u opositor en el Congreso, que resultará fundamental para dar una cobertura al despegue independiente tanto fiscal como judicial.
Los casos investigados sobre Horacio van desde el avión iraní conectado al Hezbollah libanés que vino a llevar cigarrillos de Tabesa, hasta el tema de la protección a Messer, pasando por sus declaraciones dudosas de bienes como los de Pandora Papers de Panamá, pero todo dependerá finalmente de la capacidad de armar una oposición firme al poder de HC, que todavía no se avizora con claridad.
No obstante, se halla igualmente pendiente la próxima movida de Estados Unidos, que observa por ahora con atención también la orientación del nuevo gobierno de Santi Peña y su cercanía o alejamiento del poder de HC.
Aunque Peña consiguió a duras penas que Erico Galeano se sujete a la Justicia o que Cartes admita el nombramiento de un canciller con mucha preparación en los temas de relaciones internacionales como Rubén Ramírez Lezcano, la autonomía del nuevo presidente irá hasta donde HC no se vea expuesto en un caso como el de Erico que le salpique finalmente, o que el nuevo ministro de Relaciones Exteriores salga de un libreto ya ensayado durante la jefatura de Estado de Horacio, como por ejemplo ocurrió con el desaire a los países árabes de llevar la embajada paraguaya en Israel a Jerusalén, que ahora Santi Peña vuelve a promover, pese a que va en contra de mandatos expresos de las Naciones Unidas.
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