Marito arremete contra HC y dificulta “abrazo” tras interna

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Horacio Cartes y Marito Abdo se enfrentarían por el liderazgo colorado este fin de año, como antesala de otra puja entre bambalinas en las generales de 2023.

Escribe: Luis Alen.

 

La “concordia” colorada del año pasado parece un recuerdo lejano, a estar por la nueva arremetida de Marito Abdo contra Horacio Cartes, acusando al empresario tabacalero de utilizar el Gobierno para favorecer sus intereses y empresas, varias de ellas en directa competencia con empresas del Estado, como Petropar e Industria Nacional del Cemento (INC). El embate abdista puede dificultar un nuevo “abrazo republicano” tras la interna de diciembre y pone en riesgo la posibilidad de una victoria de la ANR en las generales del 30 de abril.

 

El panorama electoral rumbo al 2023 se va calentando con la vuelta de un discurso anti HC virulento en la interna de la ANR, mientras en la oposición todas las miradas se centran en las movidas que realiza el titular del PLRA, Efraín Alegre, dentro de una Concertación que ya tiene varias candidaturas lanzadas a la consideración de quienes apuestan por un cambio en la conducción gubernamental de la República.

Los pronunciamientos de los políticos contra el “uso y abuso” del Estado no es nuevo en lo que se refiere al Grupo Cartes, más aún en los meses previos a la interna, pero el hecho de que el presidente Abdo vuelva a traer sobre el tapete la cuestión indica que no sólo se trata de un recurso electoralista, sino la emergencia de una realidad que preocupa en todo el sector privado y a la ciudadanía en general, como es la utilización de información privilegiada estatal para beneficio de un conglomerado empresarial, que al mismo tiempo va creciendo en influencia en todo el país.

El temor ciudadano de siempre es que después de la interna del 18 de diciembre, Marito Abdo y Horacio Cartes terminen dándose nuevamente el famoso “abrazo republicano”, con miras a llegar unidos a la cita de las generales, consiguiendo así HC seguir usufructuando las mieles del poder para continuar impulsando el auge de su grupo empresarial.

La concordia alcanzada el año pasado para las municipales resulta un antecedente, así como los repetidos pactos cicatrizantes que evitaron dos juicios políticos al presidente y otro par de intentos de destitución por la misma vía constitucional de la fiscala general Sandra Quiñónez, un elemento útil al cartismo como se vio con la imposibilidad de investigar el origen de la fortuna del Patrón.

Como Marito perdió credibilidad por sus sinuosas posturas políticas, muchas veces obligado por la necesidad de pactar con Horacio para su propia supervivencia en el sillón de López, la cuestión crucial que ahora se plantea es si le dejarán al cartismo hacerse con el control pleno de la ANR, cuando esta vez tanto Abdo como Cartes se enfrentarán en la interna por la titularidad del partido Colorado.

¿Podrá el oficialismo con Abdo y Velázquez impedir que Horacio Cartes logre consolidar su predominio político en la ANR y en abril del año próximo alzarse con el Gobierno nacional? Porque si la dupla Santi Peña-Pedro Alliana gana a Hugo Velázquez y Juan Manuel Brunetti, y si realmente es cierta la preocupación de Marito porque el Grupo empresarial de HC va marcando las reglas de juego en el país, lo razonable es pensar que el abdismo y el velazquismo no tendrán otro recurso que apoyar al frente opositor que surge como una posibilidad para frenar al cartismo el próximo 30 de abril y evitar que cope todo el poder de la República. Con este razonamiento, es lógico prever que no habrá nuevo “abrazo”.

 

El Plan B

Ante el posible escenario de una elección dominada por la consigna de frenar el poder total de HC, el oficialismo ya estaría pensando en un Plan B destinado a consolidar un frente opositor anticartista, en el caso que Hugo Velázquez sucumba en la interna. Casi todos los analistas políticos coinciden en que una oposición unida es la única fórmula capaz de erigir un fuerte vallado contra la pretensión de Cartes de ser el poder real detrás del trono de Santi Peña-Pedro Alliana.

De allí se entiende también los esfuerzos para dividir a la oposición de parte de HC, especialmente a través de la guerra interna que llevan a cabo varios dirigentes del PLRA contra la conducción de Efraín. Porque saben que el Partido Liberal es la columna vertebral de la Concertación, donde cada paso que va dando Alegre es observado con lupa por Blas Llano y Dionisio Amarilla, a quienes no les gusta para nada la forma en que el titular del PLRA va tomando medidas para controlar el directorio liberal, especialmente en el manejo financiero del partido.

Asimismo, los demás candidatos presidenciales dentro de la coalición opositora tanto de otros partidos como del propio PLRA, son conscientes que es Efraín quien marca el ritmo y los tiempos de la concertación, hasta el punto que la elección de su acompañante en la dupla presidencial es aguardada con mayor expectativa que cualquier otra iniciativa importante en el arco opositor, incluso mucho más que el tema de las bases programáticas, que resulta fundamental en la medida en que crecen las posibilidades de que la oposición se convierta en gobierno el 15 de agosto de 2023.

Blas Llano se ha convertido últimamente en un virtual vocero del cartismo para fustigar que se le dé tanta manija a Efraín dentro de la Concertación, acudiendo a la vieja cantinela de que el titular liberal es un “eterno perdedor” y que a la postre le conviene al cartismo un candidato opositor como Alegre, que resulta muy “ganable”. Sin embargo, la gente sabe que Efraín es el único que no se pondrá a negociar nada con Horacio a la hora de la verdad, por encima de cualquier otro candidato opositor, porque al dinero de Cartes no se le podrá vencer con una cara linda sino más bien con la famosa cara de “enojado” de Alegre.

Y hablando de Plan B, la renuncia de Euclides Acevedo al ministerio de Relaciones Exteriores y el lanzamiento de su candidatura presidencial posiblemente dentro de la Concertación opositora, puede ser también una forma de tener una alternativa a Alegre en la interna que se desarrollará el 18 de diciembre, además de otros candidatos de izquierda, de derecha y de centro. 

El uso del padrón nacional en la contienda electoral opositora permitirá la participación de independientes junto a los afiliados de los partidos, pero que no sean colorados, ya que la ANR dominada por el cartismo podría impugnar el uso del padrón republicano, por el peligro de que, por ejemplo, el oficialismo abdista incline la balanza hacia un sector opositor determinado.

Lo que no se puede negar es que, además de enfrentar al poder económico de HC, la chapa presidencial opositora tendrá que ofrecer a la ciudadanía un sólido programa de gobierno para tiempos de aguda crisis económica, motivada tanto por factores internos como por causas procedentes del exterior, como los efectos de la guerra en Ucrania.

El hecho de que Cartes haya pasado en diez años de tener 24 empresas a más de 70, según las últimas filtraciones de su fortuna, la mayoría de ellas destinadas a blanquear cuantiosos recursos provenientes del negocio del tabaco, podría ser un tema menor frente a los agudos problemas de pobreza y exclusión social de la mayoría de la población.

A los sectores cada vez más excluidos por el actual modelo sustentado en el endeudamiento y el narcotráfico, se deberá atender con un plan de desarrollo que sea capaz de crear empleos y expandir la economía sobre la base no ya de los préstamos soberanos o del lavado de dinero de los tráficos ilegales, sino por medio del crecimiento basado en la soberanía energética y el uso sustentable de las riquezas que posee el territorio nacional, con inversiones mayoritarias en infraestructura social que sirvan como mecanismos de redistribución de la riqueza y de la renta.

La Concertación deberá apuntar así a concretar un programa de impulso económico e inclusión social, aprovechando la riqueza energética y privilegiando un sistema de economía de mercado pero con atención principal centrada en la salud, la educación y la construcción de viviendas.

Sólo así se podrá neutralizar los cantos de sirena del cartismo, que basa su programa de gobierno en la continuidad del mismo esquema clientelista con el supuesto agregado de la eficiencia de los gerentes del Grupo Cartes, que sólo juegan a favor de los intereses del sector empresarial ligado a HC, como ya quedó plasmado durante la gestión anterior cartista, entre 2013 y 2018.

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