Marito esquiva el “abrazo” y HC debe dividir la oposición

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Horacio Cartes realizó su primera visita a la Justicia Electoral para presentar el resultado financiero de la campaña para la interna de la ANR. Aquí aparece en compañía del titular del TSJE, Jorge Bogarín y de los demás ministros del tribunal electoral.

Escribe: Luis Alen.

 

Tal como estaba previsto, el escenario de la elección presidencial se presenta incierto tanto para la ANR como para la oposición concertada, más aún después del evidente vacío que tuvo que soportar Horacio Cartes de parte del abdismo en su toma de posesión de la junta de gobierno. Esta situación confirma que HC deberá seguir buscando dividir a la oposición, con el fin de asegurar el triunfo de su delfín Santi Peña.

 

Finalmente no se produjo el “abrazo republicano” entre Horacio Cartes y Mario Abdo, dejando dudas sobre la real unidad de la ANR que resulta vital para que la dupla presidencial Santi Peña-Pedro Alliana tenga el apoyo mayoritario del electorado colorado en las elecciones de abril.

Esto ocurrió pese a que, en general, la Lista 1 para los demás cargos electivos incorporó prácticamente en igualdad proporcional a los candidatos que salieron de la interna, tanto de Honor Colorado como de Fuerza Republicana, para el Congreso, las gobernaciones y las juntas departamentales, por lo que una vez oficializadas sus posiciones en la nómina ya se hallan habilitados para empezar a plenitud el duro proceso de campaña que se avecina.

Cartes ya está a tiempo completo en el ejercicio de la presidencia en la ANR, lo que demuestra que se mete de lleno en la campaña electoral con el objetivo de ganar el Ejecutivo el 30 de abril para la dupla Peña-Alliana, al mismo tiempo que ya apuesta también a contar con mayoría propia en ambas cámaras del Congreso.

Una oposición muy dividida le da más chances a la ANR para conseguir estos objetivos centrales del cartismo, con miras a copar el poder total de la República. Hay como 1 millón de votos en disputa, de entre los ciudadanos registrados en el padrón nacional que no fueron a votar el 18 de diciembre, pero la pugna electoral no depende tanto de la capacidad de convencimiento de la chapa colorado-cartista, sino de la necesidad de dividir al máximo a la oposición, partiendo de la realidad de la existencia de varias candidaturas presidenciales opositoras, por fuera de la Concertación liderada por Efraín Alegre y Soledad Núñez.

Preocupa especialmente en las carpas coloradas las consecuencias que podría tener la actitud del oficialismo abdista de no acompañar a HC en sus movidas, como se vio de nuevo en la Justicia Electoral, cuando ningún representante de Fuerza Republicana estuvo presente durante la visita de Horacio a los ministros del alto tribunal aprovechando la entrega del informe sobre el financiamiento de la interna pasada, que fue solventada en su mayor parte “por los bolsillos de los candidatos”, es decir, en gran parte por la gruesa billetera del Patrón, según reconocieron varios de los acompañantes de Cartes, miembros de la junta de gobierno colorada.

 

Impugnación a Lugo

En otra jugada más para dividir a la oposición, la impugnación a la candidatura a la reelección del senador Fernando Lugo tiene todos los ingredientes para vincular el caso a la necesidad del cartismo de causar el mayor daño posible a las posibilidades de victoria de la dupla Efraín-Sole.

En forma astuta, el pedido ante la Justicia Electoral fue realizado por el abogado liberal Theodore Stimson, para no aparecer como que en la descalificación se halla directamente involucrado el interés de la ANR y más aún del cartismo.

El hecho de que sea un afiliado del PLRA quien dé la cara para impugnar a Lugo, tiene el evidente propósito de ahondar el quiebre opositor con una división aún mayor en el Frente Guasu, que aparece escindido en dos en estos momentos, con un sector que apoya a la Concertación de la dupla Alegre-Núñez, y otro que avala la dupla Euclides Acevedo-Jorge Querey.

El tribunal electoral podría rechazar la presentación, porque el senador Lugo cuenta incluso con permiso desde agosto pasado como senador activo por motivos del ACV que lo aquejaba y se encuentra convaleciente en una clínica de Buenos Aires, además de firmar su candidatura por el Frente Guasu para un nuevo período como legislador.

Pero el hecho cierto es que ya el cartismo no disimula su apuesta a una división opositora, como se puede apreciar también en la activa campaña que realizan las listas para el Congreso y hasta para la presidencia de la República, de varios exponentes opositores por fuera de la Concertación, utilizando principalmente las redes sociales y que contarían con el soporte “de los bolsillos de los candidatos”, pero en este caso con financiamiento de billeteras “alquiladas”.

Hasta Paraguayo Cubas se da el lujo de plantear ir a “encuestas” para apoyar al ganador en la preferencia de los opositores como candidato único de la oposición para la presidencia de la República, pero ignora el hecho de que la mejor oportunidad que tuvo el mismo “Payo” para medir su fuerza con el resto de los candidatos fue la interna de la Concertación del 18 de diciembre, donde casi 350 mil electores sufragaron por la dupla Efraín Alegre-Soledad Núñez, el 60 por ciento de los 600 mil opositores que fueron a votar ese día.

 

El Plan B

Siempre se dijo que Euclides Acevedo, a pesar de ser como un apéndice de la escisión del luguismo, podría llegar a constituirse en un Plan B para el oficialismo abdista con el objetivo primario de reducir eventualmente los votos de Alegre si ganaba Arnoldo Wiens la interna colorada, o, como ocurre ahora, de atraer voto colorado descontento con el cartismo para afectar de algún modo las chances de Santi Peña.

La candidatura de Euclides aparecería en primera instancia como una jugada de ajedrez político del cartismo, pero no se podría descartar que apunte también a favorecer finalmente a la Concertación misma, por sustraer potencialmente votos al coloradismo cartista, ya que una derrota del títere del Patrón fortalecerá a las huestes de Fuerza Republicana en el Congreso, donde finalmente se tendrá que ir a negociaciones políticas por parte de quien sea el ocupante del Palacio de López, y más todavía si éste proviene de la concertación opositora.

A la vista del “vacío” actual que le hace Marito Abdo a Horacio Cartes y a su conducción en la ANR, no es del todo descartable la continuidad en la actitud díscola del presidente cuando desocupe el sillón de López, para encabezar una fuerte oposición a un gobierno cartista presidido por Peña, o eventualmente liderar las tratativas con el nuevo gobierno opositor desde el Congreso, teniendo presente la cantidad importante de candidatos que Fuerza Republicana introdujo en la Lista 1 en igualdad de condiciones con Honor Colorado.

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