Regreso de los “zombies” se da por falta de renovación política

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El inefable Javier Zacarías Irún sonríe tras conseguir su supervivencia política con el apoyo de los senadores y de jueces “amigos”. Ahora ya se lanza de nuevo al ruedo electoral para el 2023.

Escribe: Luis Alen.

 

La vuelta a la arena electoral de los impresentables o “zombies” (muertos vivientes) de la política ocurre por falta de renovación en la propuesta dirigencial de los distintos partidos y movimientos, tanto en el oficialismo colorado como en la oposición. Pero la principal causa para la vigencia política de personajes como Javier Zacarías Irún y otros escombros políticos es el descarado blindaje judicial del que gozan por efecto del pacto cicatrizante que ya permea toda la clase política y no sólo en la ANR.

 

Termina el año 2021 con un balance desalentador para la renovación política nacional, porque tras las elecciones municipales ocurrió lo que se temía por efecto del pacto de impunidad entre Marito Abdo y Horacio Cartes, al quedar diluido cualquier atisbo mínimo de aparición de nuevas candidaturas para enfrentar al “sistema” de tinte mafioso instalado en las más altas esferas del poder en el Paraguay.

Mientras el cartismo se consolida como el factótum de la política sin grandes complicaciones para ganar las internas de la ANR, en la vereda de enfrente no termina de armarse un frente opositor unido que podría ser el único capaz de desbancar del poder a HC y sus adláteres en las generales del 30 de abril de 2023, según la fecha ya definida por la Justicia Electoral.

Paradójicamente, la estrategia de Cartes se basa en insistir con una figura joven que ya viene de la interna de 2017 para la presidencia de la República, como es el exliberal Santiago Peña, pero con el mensaje bien claro lanzado ahora de pugnar por la presidencia de la ANR en las mismas internas que definirán la oferta electoral colorada para el Ejecutivo nacional, en una jugada ya prevista desde el año pasado, cuando se dispuso concentrar la definición de ambos cargos en la misma fecha electoral.

Huelga decir que la puja por la titularidad de la junta colorada será el verdadero plato fuerte del día de las internas simultáneas, el 18 de diciembre de 2022, más todavía cuando se anuncia el desafío de Marito a HC de una pelea entre ambos, a pesar que el presidente se halla impedido por la Constitución, que le exige dedicarse en exclusividad a sus funciones. Pero aún así, el jefe de Estado ya puso el plazo del mes de marzo para una decisión definitiva, con la misteriosa frase de “allí vamos a divertirnos”, en posible alusión a que habría alguna definición previa de la lucha por el poder en el ámbito judicial. ya sea en la Justicia Electoral o en la misma Corte Suprema.

 

¿Farsa o disputa real?

Uno de los precandidatos liberales a la presidencia, el titular del PLRA Efraín Alegre, no cree que sea real la disputa entre Marito y Cartes, porque en realidad la pugna sería una grosera farsa, por la sencilla razón que al fin de cuentas no existe ninguna intención de ambas partes de dejar al Poder Judicial que investigue los negociados en la administración estatal y las relaciones del poder con el crimen organizado, el narcotráfico, el contrabando y la economía del lavado de dinero. 

La afirmación de Efraín estaría fundamentada en que la operación Cicatriz no sólo goza de buena salud en la ANR sino que tiene sus ramificaciones en la oposición, y como prueba valen los frecuentes votos que reciben tanto HC como el Añetete abdista en las cámaras del Congreso por parte de sectores opositores, y no sólo de los liberales llanistas, en proyectos de ley que afectan al conjunto de la sociedad pero que son aprobados o rechazados de acuerdo a la “orden superior” proveniente del Quincho del Patrón HC.

La política de toma y daca funcionó con fluidez en las últimas semanas entre el abdismo y el cartismo, pese a las aparentes fricciones que ya comienzan entre el oficialismo y las huestes de HC al haberse lanzado el vicepresidente Hugo “Toro” Velázquez a una prematura lucha electoral, casi extemporánea en el pleno sentido de la palabra, al faltar todavía un año para la interna de la ANR. 

Todo esto, con el fin de asegurar el aparato gubernamental del lado velazquista, aunque el secretario privado de la presidencia, Mauricio Espínola, reconoció que el cartismo presiona bastante por cargos, lo que evidencia que Velázquez no puede controlar a todo el funcionariado y menos aún a las bases, donde HC empezaría a tener mayor influencia, como ya se vio durante la “concordia” por los comicios municipales que llevó a retener varias administraciones comunales, entre ellas la de Asunción.

De que el abdismo se mueve en función a las prioridades cartistas en cuanto a impunidad y control del poder, lo demuestra la contradictoria actitud de salvar de la intervención al gobernador cartista de Central, Hugo Javier González, pese a que pesan sobre éste graves acusaciones de malversación de fondos públicos, para después no recibir el mismo trato de parte de HC al ser descartada, por ahora, entre cartistas y opositores, la prórroga en Diputados de la ley de emergencia sanitaria que fenece el 1 de enero de 2022, dejando a Añetete sin un instrumento clave para el manejo discrecional de fondos públicos en el inicio de una campaña electoral que demandará ingentes recursos monetarios.

 

Oposición sin rumbo

Muchos analistas se preguntan por qué no surge un líder aglutinador en la oposición con el propósito de asegurar la derrota de la ANR en abril de 2023, por lo que a continuación responden que una de las razones, aparte de la carencia de una figura respetada y con carisma, sería la falta de un acuerdo programático, así como la dificultad de obtener un fuerte apoyo financiero desde el empresariado privado, porque se está hablando de una campaña con un costo aproximado de 30 a 40 millones de dólares para llevar adelante una movilización exitosa.

La izquierda luguista acaba de realizar un “Ñemongeta (Conversación) por una Patria Nueva”, para una posible alianza con vistas a reflotar el acuerdo que le catapultó al ex-obispo a la presidencia. Sin embargo, todos saben en la oposición que sin el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) no se llegará al poder de la República, que se había alcanzado precisamente en 2008 con Fernando Lugo aliado con los liberales. Pero tampoco se llegará al gobierno sin la renovación de personas en la oferta electoral, debiendo buscar la oposición figuras nuevas y no tan gastadas.

En una sociedad bastante tradicionalista, otro de los frenos para el armado de un frente opositor reside en la fuerte polarización entre derecha e izquierda en asuntos que van desde la aumentada sanción penal a la ocupación de tierras hasta la resistencia a la ideología de género, pasando por la carencia de medidas firmes para la formalización de la economía con el fin de luchar mejor contra el crimen organizado.

Pero en aras de llegar al poder y comenzar allí la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, la oposición tendría que limar asperezas tratando de evitar los temas urticantes para alcanzar un consenso programático básico que le pueda permitir reunir la mayoría electoral. 

Porque una división opositora de entrada ya augura una victoria holgada de la ANR en 2023, debido no sólo al bolsillo profundo de Horacio, sino porque los empresarios financistas difícilmente se avengan a proveer de fondos a una oposición fragmentada sin posibilidades reales de triunfar ante el poder fáctico de HC, más aún cuando de volver a triunfar el coloradismo cartista muchos de los negocios seguirán controlados por la cofradía político-económica al mando del empresario tabacalero.

 

El regreso de ZI

Ante la carencia de figuras nuevas que puedan disputar el poder a HC y a la corporación política mafiosa, los impresentables “zombies” de la política se dan el tupé de regresar a la arena electoral con miras a las elecciones de 2023, como si no hubiera pasado nada con los recursos burlados al fisco y que les fueran reclamados vía fiscalía, pero sin el apoyo de magistrados venales.

Es el caso emblemático del caradura clan ZI, que ya está rearmando sus filas con el fin de negociar algún espacio de poder en el movimiento oficialista comandado por el “Toro” Velázquez, exhibiendo un supuesto apoyo de intendentes de varios municipios del Alto Paraná controlados por la ANR.

El “regreso de los zombis” no es más que el resultado del lado más perverso de la operación Cicatriz de impunidad en el Partido Colorado, orquestada por el abdismo y el cartismo, que salvó de la cárcel al clan de los Zacarías Irún, todo lo contrario a lo ocurrido al clan González Daher, que no tuvo otro remedio que sucumbir ante las presiones de la embajada norteamericana.

La gran pregunta que se le puede hacer a los “yanquis” es si están satisfechos con haber enviado a la cárcel al finado OGD y a su hermano Ramón, por lavado de dinero y otros delitos de corrupción, condenados posiblemente con el “visto bueno” abdo-cartista para mantener con vida a la “corporación”, pero que sería una victoria pírrica para los norteamericanos, ya que el sistema de impunidad establecido por la clase política paraguaya sigue gozando de buena salud, a la vista de la “resurrección” de Javier Zacarías Irún y su clan familiar, además de otros próceres impresentables, tanto cartistas como abdistas.

Con el blindaje judicial al clan ZI se privó al país de recuperar miles de millones de guaraníes supuestamente desviados de las arcas públicas según las acusaciones fiscales, pero que le permitió a Javier admitir con insolente desparpajo que su patrimonio llegaría a los 23 mil millones. Habría que ver si la corporación política donde se refugia para consumar los latrocinios de los que se le acusa, podría caer alguna vez para la salvación nacional, lo que se espera que pueda ocurrir si es que triunfa la oposición unida en 2023 y si la embajada norteamericana presiona lo necesario para tumbar finalmente a un “sistema” invicto que basa su poder en la acumulación del dinero malhabido.

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