Ciudad del Este fue fundada al amparo de San Blas, patrono del Paraguay. Los religiosos que trabajan en dicha parroquia destacan la fe y la devoción de la feligresía de esta parte del país.
La gente se manifiesta, genera admiración en sacerdotes que vienen del exterior a visitar la zona. Actualmente de la parroquia San Blas dependen varias capillas, entre otras, San Rafael, San Antonio, Inmaculada Concepción, San Miguel y San Agustín.
San Blas nació en la ciudad de Sebaste, Armenia, en medio de una familia acaudalada y de padres nobles; fue educado cristianamente y se consagró como Obispo cuando todavía era muy joven. Es patrón de enfermedades de la garganta y laringólogos, al que el pueblo cristiano siempre le eleva una plegaria, cuando siente una de esas enfermedades.
Fue médico y al comenzar la persecución a los cristianos, por inspiración divina, se retiró a una cueva en el Monte Argeus, haciendo vida eremítica, frecuentada por fieras salvajes, a quienes el santo los atendía y curaba cuando estaban enfermos.
San Blas era conocido por su don de curación milagrosa. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al trabársele en la garganta una espina de pescado. Este es el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta. Según una leyenda, se le acercaban también animales enfermos para que les curase, pero no le molestaban en su tiempo de oración.
Cuando la persecución de Agrícola, gobernador de Cappadocia, contra los cristianos llegó a Sebaste, sus cazadores fueron a buscar animales para los juegos de la arena en el bosque de Argeus y encontraron muchos de ellos esperando fuera de la cueva de San Blas. Allí encontraron a San Blas en oración y lo arrestaron, al poco tiempo fue torturado y decapitado.
Novenario
Como es tradicional, el novenario en honor al santo patrono de Ciudad del Este se inició la pasada semana con el rezo del Ángelus, seguido del repique de campanas y explosión de petardos y la participación de la feligresía local, autoridades civiles y militares e invitados especiales.
Las celebraciones reúnen en oración a la feligresía católica en la catedral de la ciudad.
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