
Escribe: Luis Alen.
El negocio de la reexportación de productos principalmente electrónicos es uno de los puntales de la economía paraguaya, según las estadísticas oficiales, hasta el punto que casi el 30 por ciento de los ingresos de divisas por exportaciones se deben a la reventa al exterior, lo que se concreta a partir de los bajos niveles impositivos establecidos para dichos artículos importados.
Por ello no se entiende el por qué de la demora excesiva en la sanción de la ley de reactivación fronteriza, actualmente bajo análisis del Senado, que permitirá retomar la dinámica económica y comercial en Ciudad del Este y en otras urbes limítrofes con el Brasil, para de esta forma competir con las tiendas “duty free”, libres de impuestos, que ya funcionan al otro lado, destinadas precisamente a desinflar el negocio del turismo de compras en el lado paraguayo.
Si bien las tiendas francas pueden instalarse en todas las ciudades fronterizas del extenso territorio brasileño, los propiciadores de los “duty free” quieren evidentemente evitar que los turistas del vecino país salgan a efectuar sus compras fuera de sus fronteras con la consiguiente sangría de divisas, especialmente en las ciudades paraguayas con grandes infraestructuras comerciales vigentes desde hace décadas.
La pandemia del Covid-19 vino a dar el golpe de gracia al comercio, como se vio en Ciudad del Este, donde según datos de la Cámara de Comercio, tras el cierre del Puente de la Amistad a lo largo de seis meses en 2020 sólo funcionaba el 25 por ciento de las actividades comerciales de la capital del Alto Paraná y ciudades circunvecinas, afectando a unas 100 mil personas que vieron cómo desaparecían o estaban en peligro sus fuentes de trabajo.
Tanto por los “duty free” como por la pandemia, que se “aliaron” para dar un golpe de muerte al comercio, no se comprende la demora de los legisladores y del Gobierno nacional para responder con la urgencia del caso, de manera a paliar los graves efectos recesivos en la economía de la frontera que se ven incentivados aún más por la falta de reacción de las autoridades, que ya a principios del año pasado debieron tomar las medidas indicadas para revertir esta situación.
Con la nueva ley, no sólo se incentivará la venida de los turistas compradores, sino que proporcionará el potencial necesario para la realización de inversiones en infraestructura y en grandes emprendimientos que permitan ofrecer mucho más opciones al turismo de compras.
El hecho cierto es que la tan ansiada reconversión económica de Ciudad del Este depende más que nunca de una legislación como la proyectada, de tal manera a que sirva de suficiente estímulo para las inversiones que se necesitan en la urbe en materia de infraestructura con el fin de atraer el turismo.
Es la oportunidad que tiene ahora el Estado de dotar a la capital del Alto Paraná del instrumento que necesita para sumar como un valor agregado a lo que ya está instalado en capacidad económica, industrial y comercial, a lo largo de los 65 años de fecunda existencia de la urbe altoparanaense.
No cabe así otra opción que aprobar la ley de supervivencia comercial de frontera, ahora que cuenta con el visto bueno de los demás importadores del país, al ser incorporados también los negocios de la capital Asunción que se inscriban en el registro respectivo.
Sólo resta convencer al ministerio de Hacienda y a la Subsecretaría de Tributación (SET), que aún tienen cuestionamientos porque desean seguir con el actual sistema de régimen de turismo que ya no sirve para enfrentar a los “duty free” brasileños mucho más competitivos por tener “0” impuestos, y para afrontar las consecuencias de la pandemia con su secuela de desempleo y caída de la dinámica económica en la frontera.
El proyecto de ley es un modelo más adecuado de régimen de turismo por el cual los comercios que operan en esta modalidad sólo podrán vender sus productos en forma exclusiva a compradores no residentes en el país. Será así una actividad comercial de reexportación de mercancías, que ingresarán previo pago de un anticipo del impuesto a la renta empresarial de 4 por ciento y harán anualmente una liquidación del tributo del 100 por ciento de las utilidades registradas de los comerciantes.
Tal como lo expresó Said Mohamed Taigen, titular de la Cámara de Comercio y Servicios de Ciudad del Este, al contar con el apoyo del Poder Legislativo se puede decir que se está cerca de encontrar una solución definitiva para seguir siendo competitivos, que es la única salida viable en la actual coyuntura ante el “doble desafío” que recibió el comercio de la urbe esteña, con los “duty free” brasileños más la pandemia del coronavirus.
Considerando que resulta una herramienta eficaz para lograr la reactivación de la economía de frontera y que a su vez alcanza a todo el país, ya no debe demorar la aprobación de la ley, más aún cuando es apoyado por todo el empresariado nacional, además de permitir una mayor formalización en la actividad del comercio en general, por asegurar una trazabilidad de las mercaderías importadas y reexportadas.
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