EE.UU. sostiene a Marito e impide que HC lo destituya

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El ex mandatario es apuntado como presunto conspirador del gobierno de Mario Abdo Benítez.

Publicado en marzo de 2021

El presidente paraguayo en los últimos tiempos estuvo en la cuerda floja. Por sus repetidos errores, no solamente quieren su salida los verdugos políticos, sino la propia ciudadanía. Sin embargo, Estados Unidos advirtió sobre una eventual desestabilidad social a algunos presuntos conspiradores, entre quienes es apuntado el propio ex mandatario Horacio Cartes, quien no es bien mirado en el concierto internacional.

 

La negativa de Estados Unidos en avalar la salida de Marito Abdo pese al clamor popular, obliga a HC a seguir con el “chake” del juicio político como forma de limitar al máximo la agenda que le impone la embajada norteamericana al presidente, en materia de lucha contra el crimen organizado, el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo.

Mientras los analistas de la coyuntura política suscriben en forma unánime la tesis de que Marito Abdo sólo se mantiene en la presidencia porque Horacio Cartes no da la orden para su destitución o renuncia, lo cierto es que la República sufre la peor pesadilla posible, debido a que el actual vacío de poder es el menos indicado de los escenarios para las políticas destinadas a superar la crisis en salud, educación y en las condiciones económicas adversas resultantes de la pandemia.

Las manifestaciones que a diario se suceden en Asunción y en otras ciudades del país para exigir la renuncia o el juicio político tanto del jefe de Estado como de su vicepresidente Hugo Velázquez, podrían quedar sólo en el intento a menos que tomen tal fuerza que obliguen a la ANR a acompañar la decisión de apartar a las cabezas del Ejecutivo y acudir al incierto expediente de las elecciones, con el riesgo de que el partido de gobierno sufra una catastrófica derrota en dichos comicios.

Horacio Cartes hace gala de un poder fáctico que radica en los votos con que cuenta en la Cámara de Diputados y en su ilimitada capacidad monetaria con el fin de mantener lealtades en otros partidos fuera de la ANR, pero aún así lo que más le inquieta al tabacalero no es precisamente el creciente descontento de la gente manifestado en el estallido social, sino la estrategia que estarían  tramando los norteamericanos para permitir que Abdo Benítez tenga algún resto de coraje y se anime eventualmente a romper con el pacto de impunidad con el cartismo, que ha sido la verdadera causa de la bancarrota en el capital político del abdismo, además de la feroz corrupción en el círculo áulico presidencial que creció al amparo de la tenebrosa operación abdo-cartista de la Cicatriz.

 

¿Cambios que no cambian?

Los recientes cambios en el gabinete presidencial, más allá del objetivo de calmar a la ciudadanía que tomó las calles pese al riesgo de contraer el virus, se han constituido en el último intento de Marito para salvar su presidencia. Pero la salvación no provendrá evidentemente de un guiño favorable de HC a una rotación de hombres entre los abdistas y algunos de sus aliados no colorados, sino de un vuelco profundo en la excesiva complacencia abdista con la corrupción de su equipo, en paralelo con  los pasos destinados a mermar el poder del “hombre fuerte”, que no es otro que el Patrón de la calle España, dando cumplimiento a los pedidos de la embajada de la avenida Mariscal López y vecina de Mburuvicha Roga.

En las agencias norteamericanas de combate al narcotráfico, lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, no se vio nunca con buenos ojos que HC se convirtiera en el factótum del poder por su copamiento de la ANR, la Cámara de Diputados, el Poder Judicial, el Ministerio Público, el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, el Consejo de la Magistratura y la Justicia Electoral.

Preocupa evidentemente en Washington que Horacio sea quien corte la torta del poder tomando el mismo cuchillo de Marito, condicionando así la orientación de la lapicera presidencial. Y tal cosa ocurre porque HC y otros políticos como Hugo Velázquez, coinciden en última instancia en facilitar que las grandes bandas criminales tengan vía libre para sus fechorías, el lavado de dinero, los tráficos y el contrabando, junto al lavado de dinero, precisamente por su control de la judicatura encargada de sancionar a los marginales convertidos en poderosos detentadores de vida y hacienda ajenas, siempre y cuando paguen el correspondiente “peaje” por la protección que le brinda la clase política, que al mismo tiempo se enloda cada vez más en sus horrendas prácticas corruptas con los recursos estatales.

Todo esto ocurre en las narices de Brasil, que es el gran mercado alimentador de las mafias a través de los traficantes de la “pesada”. De allí que tanto Estados Unidos como el país vecino están actualmente monitoreando el rumbo que tomará HC, no permitiéndole en forma solapada haga algún movimiento destinado a destituir a Marito, sin que tengan previamente el aviso de ello para que otorguen su autorización, so pena de tomar medidas conducentes a pedir eventualmente la extradición de Cartes, o, peor aún, el inicio contra el Patrón de un proceso en alguna fiscalía de Miami o Nueva York.

Si Marito optó por meras rotaciones para no cambiar nada, es evidente que tiene los días contados, porque el pueblo ya no admite retrocesos en la patriada destinada a limpiar la administración pública de corruptos, “caiga quien caiga”. Es por ello que la condición norteamericana para otorgar su respaldo iría por el lado de reformular la cara siniestra de la impunidad más insolente que adquirió el andar gubernamental asociado a la Cicatriz, por un nuevo rostro muy alejado de las componendas diabólicas en detrimento de los anhelos de la sociedad, de justicia para todos que propicie un ambiente apto para la prosperidad económica con inclusión social.

 

El otro virus

Literalmente, el Covid-19 también casi elimina al gobierno de Abdo, aquejado por una inmovilidad severa que le otorgó la patente de corso de la Cicatriz. Pero “el otro virus” de la impunidad ha resultado más letal aún, ya que las maniobras de corrupción del gobierno en plena pandemia y sufrimiento del pueblo más humilde han tenido un cariz de tan mal sabor para la sociedad, que ha conducido a la situación política actual de vacío de poder total.

La inutilidad gubernamental ha sido de tal magnitud por ejemplo en el tema de las compras de las vacunas anti-Covid, que adquiridas a tiempo podrían haber evitado muchas muertes, especialmente entre los profesionales de la salud expuestos en la primera línea de combate al virus.

Ahora salta por fin la posibilidad que se ponga en marcha una operación que permita tener a mano rápidamente unas dos millones de dosis por la vía de Taiwán, que compraría directamente de Estados Unidos los antígenos destinados a su aplicación urgente en la población paraguaya muy azotada por la epidemia.

Taiwán es un aliado político y diplomático de Paraguay contrario a China comunista que continuamente ha financiado al gobierno nacional, pero que últimamente también había puesto ya ciertos condicionantes de control en las entregas de montos siderales de dinero contante y sonante a nuestros políticos, que casi siempre los desviaban para otros fines de enriquecimiento personal ilícito y no precisamente en favor del pueblo.

Si Marito no acudió ya los meses pasados al gobierno de Taipei para asegurarse las vacunas en una cantidad razonable, fuera del lento mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS) habría sido seguramente por las nuevas condiciones impuestas por los taiwaneses, quienes han visto saltar sus propias alarmas ante la gran corrupción existente entre los políticos y funcionarios paraguayos.

 

El Plan B

Para el PLRA y las demás nucleaciones opositoras, no existe otra alternativa que la salida de Abdo junto a Velázquez. ¿Por qué ambos al mismo tiempo y no solamente el presidente? Porque allí se sirve en bandeja una larga crisis institucional para desgastar totalmente al partido Colorado, una solución a la que, por ejemplo, el empresariado le tiene pavor por sus consecuencias en la economía. Y de allí al caos para forzar atajos contra la Constitución hay un solo paso, lo que en definitiva conviene a los más poderosos en detrimento del pueblo hambreado e indefenso. Y aquí aparecen los pescadores en río revuelto, es decir los supuestos salvadores de la Patria que luego sacan su mayor tajada aliándose a las mafias.

Entonces, para una salida rápida de la crisis ¿no sería mejor deshacerse sólo del presidente, que ha demostrado graves falencias en la crisis sanitaria y contra el virus de la corrupción? Ante esta posibilidad, inviable ahora con la falta de “OK” de los norteamericanos, resalta también la negativa de HC de bajar sólo el pulgar a Marito, porque en realidad está evitando la entrega del poder a Velázquez, con lo cual de paso salva también al mismo presidente.

La oposición opta por la doble destitución porque también quiere atacar el poder del vicepresidente, que maniobra hábilmente entre bambalinas para evitar ser “rajado”, aferrado a aquello de la supuesta inconstitucionalidad de la “doble acefalía”, lo cual no es cierto, ya que el artículo 234 habla claramente que ante la ausencia definitiva del presidente, asume el vicepresidente, y en el caso de la imposibilidad de éste, el titular del Senado (Óscar “Cachito” Salomón), el de Diputados (el cartista Pedro Alliana) o el presidente de la Corte Suprema, César Diesel, en ese orden. Es decir, no existe tal problema de la “doble acefalía”.

Está visto que la dificultad no está en el texto constitucional, porque el cartismo bien puede votar por sacar solo a Marito, o a éste en conjunto con Velázquez. Pero defenestrando sólo al presidente, asume el vicepresidente, según la Constitución, y destituyendo a ambos, asume “Cachito” Salomón, que no es santo de la devoción de HC. Para más, hasta el 15 de agosto quien asuma constitucionalmente completa todo el período gobernando hasta 2023, debiendo llamar sólo a comicios para elegir al vicepresidente como ocurriera en 1999, cuando asumiera Luis González Macchi en reemplazo de Raúl Cubas Grau y del asesinado Luis María Argaña, concretando sólo en 2000 los comicios donde fue electo el vicepresidente liberal Julio César “Yoyito” Franco.

Otro escenario se plantea a partir del próximo 15 de agosto, porque la Constitución dice en el mismo artículo que ya no se harán elecciones para cubrir la vacancia de la vicepresidencia, debiendo sólo el Congreso elegir a quien ocupe dicha función, por coincidir con los dos últimos años del período constitucional. La cuestión está en quién ocuparía la presidencia del Senado a partir del 1 de julio, porque hasta “Cachito” Salomón podría tener los votos para ser reelecto por sus colegas abdistas y opositores, dejando con las ganas a cartistas y llanistas. 

Entonces, el verdadero Plan B para la salida de la crisis política bien podría estar en que la oposición centre sus dardos contra el vicepresidente, siempre que HC le suelte la mano para un llamado a elecciones. Se salvaría Marito, pero también Cartes se ganaría puntos con Estados Unidos con el compromiso de llevar adelante las reformas en el Estado, en la Justicia y en los demás procedimientos del Estado que conduzcan a los cambios anhelados por la sociedad en busca de una mayor lucha contra las lacras de la corrupción y la impunidad.

Argumentos para echar al vicepresidente existen de sobra, a pesar de quienes aducen que la Constitución le asigna pocas responsabilidades de peso en la política nacional. Por ejemplo, está su misión relevante de llevar adelante la relación entre el Ejecutivo y el Congreso, además del papel rector que se le otorgó el año pasado para encabezar el proceso de reforma del Estado que quedó en el “opa rei” y que bien conducido podría haber posibilitado tener más recursos para evitar que muchos ciudadanos tuvieran que perder todo en la compra de medicamentos para sus familiares afectados por el Covid.

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