Embestida de Velázquez en ANR pretende minar hegemonía de HC

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El vicepresidente Hugo Velázquez llama a una “cumbre” partidaria tomando protagonismo en la ANR en detrimento de Horacio Cartes.

Escribe: Luis Alen.

 

Ante la posibilidad cierta de una erosión en su nivel de poder en la ANR, Horacio Cartes inició varias movidas con el fin de neutralizar la embestida de Hugo Velázquez, quien ya se erige como la principal referencia oficialista para hacer frente al desafío cartista en la carrera hacia la presidencia en 2023.

 

A pesar que a primera vista la intención es mantener una imagen de unidad con miras a las municipales, donde HC quiere llevarse los laureles de eventuales victorias en distritos importantes como Asunción o Ciudad del Este, lo cierto es que irritó a Horacio el hecho de que Velázquez se haya lanzado a una tempranera campaña  hacia las presidenciales sin importarle en apariencia la necesidad de mantener el frente unido electoral con miras a los comicios municipales del próximo 10 de octubre.

Ante la amenaza velazquista de ir demoliendo la fortaleza del Patrón como factótum de la “unidad partidaria”, se inició en forma prematura la carrera hacia la interna por la junta de gobierno de la ANR con el lanzamiento de la candidatura de Horacio para la titularidad del partido, con la confirmación a la vez de que Honor Colorado mantiene la chapa presidencial Santi Peña-Pedro Alliana.

 

Un competidor en la ANR

Pero ahora también Hugo Velázquez asume el rol protagónico como árbitro en la ANR llamando a una “cumbre” Marito-Cartes, a través de un pronunciamiento en tal sentido del Consejo de Seccionales, en una jugada estratégica del vicepresidente y de Colorado Añetete, con lo cual el segundo del Ejecutivo toma la iniciativa con una actitud dialoguista que desmiente el discurso cartista de que no se está trabajando por la Lista 1.

Cartes no tendría motivos para evitar la sugerida cumbre volviendo a retomar la senda de una nueva versión de la operación Cicatriz, pero resulta notorio que Velázquez se está erigiendo en el impulsor de la “unidad partidaria” con fines diferentes a la que se armó antes como un mero pacto de impunidad con fines electorales en segundo plano. Ahora el objetivo evidente es desautorizar la intención de Horacio de llevarse los méritos de la anhelada victoria masiva colorada en octubre.

También el pedido de una nueva operación cicatrizante sobreviene después del malestar que causa en el cartismo la alianza abdista con la izquierda en el Senado, a la que incluso el titular de la ANR, Pedro Alliana, está culpando del recrudecimiento del malestar social con los cierres de rutas de los camioneros y la intención del Frente Guasu de conectar la protesta por el aumento de fletes a través de una ley, con la próxima marcha campesina sobre Asunción para la condonación de deudas de los productores, a lo que se añade la creciente actividad de los grupos violentos extremistas en el norte del país.

La maniobra de Velázquez tiene por sobre todo la intención de minar la hegemonía de Cartes en su control directo del partido, y como una respuesta a las poses de HC apareciendo en fotos muy amigables con exponentes de Añetete en los últimos días, como ocurrió con Juan Carlos “Calé” Galaverna, a quien visitó en su casa de San Bernardino, y recibir como devolución de gentileza la presencia en la mansión de la calle España de Silvio “Beto” Ovelar. Son dos de los principales exponentes del abdismo, nada menos que en amables conciliábulos con HC, lo que supone mensajes de y hacia Mario Abdo.

Pero lo cierto es que con el control abdista del Senado en alianza con la izquierda del Frente Guasu, más la intención de complacer a Estados Unidos con alguna sentencia fuerte contra Óscar González Daher en el juicio actualmente en su etapa definitoria, no le cabe otra opción a Horacio que aceptar el diálogo, como forma de asegurarse contra cualquier reclamo que venga del exterior para socavar su condición de “hombre fuerte” de la política paraguaya y del poder fáctico.

 

El pacto de no agresión

La movida abdista también trata de desactivar cualquier conspiración cartista con el clima social caldeado que sirva de pretexto para removerlo del cargo a Marito, como se insinúa en las tertulias políticas confinadas en las redes sociales por la pandemia.

Con la llegada del 15 de agosto se pasará a la etapa en que HC tenga otro elemento más a su favor, como sería el caso de presionar para una renuncia de Marito con el fin de posibilitar que Hugo Velázquez asuma la presidencia y de paso entorpecer la campaña del vicepresidente hacia la cima del poder en 2023, lo cual iría en directo detrimento del cartismo. El llamado al diálogo Marito-HC también buscaría desactivar llegado el caso el operativo conspirador.

Pero habría que ver cómo queda el pacto de impunidad que todavía mantienen HC y Abdo Benítez, a pesar de la subterránea disputa entre ambos.

El operativo cicatrizante siempre tuvo más resultados positivos como un acuerdo de no agresión en la fiscalía y en los tribunales, que en términos partidarios entre Añetete y HC, como se vio incluso en los guarismos de las internas, con números desalentadores que llevaron a algunos dirigentes a disparar contra las urnas electrónicas y el desbloqueo de las listas sábana, exigiendo la vuelta al sistema tradicional de las boletas y actas, ya desechadas porque eran pasibles de adulteraciones masivas.

Pero, en el fondo, lo que preocupa es que el electorado eventualmente mande al basurero de la historia a la “Cicatriz” abdo-cartista, por lo que no debería extrañar que HC busque desde ya una salida a la crisis social actual que resta fuerza a la recuperación económica post-pandémica, con la creciente inseguridad ciudadana, bloqueos de rutas e incertidumbre para los empresarios, con el agregado de la conflictiva situación en el Norte, donde bandas de narcotraficantes mimetizadas como terroristas tienen en jaque al Gobierno y a las fuerzas del orden.

 

Negociación de Itaipú

Otro factor que motiva la necesidad de la cumbre partidaria es la decisión de Marito Abdo de no insistir en la negociación con el Brasil por el Anexo C y el Tratado de Itaipú, dejándola directamente al nuevo Gobierno que surja de las elecciones presidenciales. Así, obviamente una negociación estaría en manos del triunfador de las elecciones.

Con ello se evita que haya aún más crispación social, pero para el cartismo no encaja en sus planes de copamiento no sólo de la ANR sino también de la oposición, con un PLRA enfrascado más que nada en sus luchas intestinas, olvidando su misión de buscar un consenso para la solución de los grandes problemas sociales, entre ellos un plan tendiente a formar un frente unido opositor de defensa de la soberanía energética en las represas binacionales.

El interés cartista en iniciar ahora la negociación con Brasil tendría la finalidad de convencer a los vecinos que cualquier última decisión política en el Paraguay sobre el precio de la energía y las ganancias para el país debería pasar primero por HC, poniendo así en posición más segura al Patrón en una eventual dificultad que se le presentara en la fiscalía brasileña por el caso Messer.

El cartismo logró por ahora desarticular cualquier frente unido en la oposición, como lo demuestra su injerencia abierta en la interna liberal de la mano del llanismo, pero también Cartes maneja el hecho de que la situación de crisis social juega a favor de sus planes de desembarazarse de Marito, aunque no lo pueda hacer de buenas a primeras sin el consentimiento de la embajada norteamericana.

A pesar del apoyo de USA demostrado con las dos millones de dosis de vacunas donadas, llama poderosamente la atención que el presidente Abdo no se anime a arremeter contra los principales intereses de Horacio, como son las empresas tabacaleras y los clubes de fútbol que sugestivamente escapan al control de la Seprelad, incluso a pedido de su mismo titular, Carlos Arregui, quien nota mediante avaló ante la Cámara de Diputados que no se incluyan expresamente dichas actividades como entes a ser fiscalizados en forma expresa en la ley, quedando sólo metidos en la misma bolsa general del universo pasible de auditorías aleatorias en algún momento, lo que evidentemente habla de la persistencia del pacto de no agresión abdo-cartista.

Marito no puede olvidar por lo visto el hecho que Cartes le bancó en dos ocasiones de pedidos de juicio político, en el caso del acta de Itaipú en 2019  y en la debacle de la crisis sanitaria en marzo pasado. Alguna contraprestación debe brindarle a su valedor, pero tampoco puede ignorar que Estados Unidos le exige resultados urgentes tanto en materia de lavado de dinero en la justicia, como la acción contundente contra las mafias del narcotráfico, el terrorismo y el crimen organizado, que hoy ya parece que le tienen acorralado al Gobierno.

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