Nuevo fiscal general estaría sometido al pacto “cicatriz”

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Emiliano Rolón es el nuevo fiscal general del Estado, tras una aprobación casi por unanimidad en el Senado. Asumirá el 9 de marzo próximo, pero ya fue nombrado antes de la interna del 18 de diciembre.

Escribe: Luis Alen.

 

Aunque haya habido casi unanimidad en el Senado para confirmar al camarista Emiliano Rolón en la Fiscalía General, como resultado de un amplio consenso político, existe el peligro que no se cumpla el objetivo de la independencia fiscal tan deseada por la sociedad, ya que el elegido por el presidente de la República habría salido de un acuerdo del tipo “cicatriz” en la cúpula del poder.

 

Después de sugerir que podría posponer el nombramiento del nuevo fiscal general del Estado para después de la interna del 18 de diciembre, para tener “más tiempo de reflexión”, Marito optó por acelerar el proceso de elección antes de los comicios, con aprobación del Senado incluida, decantándose por Emiliano Rolón de una terna enviada por el Consejo de la Magistratura en la que también figuraban el magistrado Gustavo Santander y la exministra de Justicia de Abdo Benítez, Cecilia Pérez.

La rapidez del procedimiento llama la atención, más aún porque el juramento del nuevo titular del Ministerio Público se llevará a cabo el 9 de marzo próximo, después del receso del Congreso. Por lo visto, el objetivo era demostrar la vigencia siempre presente del acuerdo cicatrizante en la cúpula del poder legal y fáctico, dentro de la ANR y en el sistema general de gobierno del país, siendo así un aviso tanto a los electores colorados como a los de la Concertación opositora, de que el relevo al frente de la Fiscalía no representa precisamente un cambio radical de cara a liberar a la institución de las fuertes ataduras a las que fue sometida por el cartismo durante el lapso de 5 años de la titularidad a cargo de Sandra Quiñónez.

Marito prefirió encarar la pugna con Horacio Cartes por la primacía en la junta de gobierno colorada, en los comicios que se avecinan, con la aparente tranquilidad de haber dado un paso importante para mostrar que se busca terminar con la dependencia total de la Fiscalía del poder fáctico de HC. 

Para ello se ha apoyado en el perfil de Emiliano Fernández, quien recibió el apoyo de  las bancadas senatoriales en forma casi unánime con 43 votos de los 45 miembros de la Cámara Alta, incluyendo al sector de la izquierda del Frente Guasu.

Pero la unanimidad esconde, sin embargo, ciertos aspectos preocupantes, como el rumor creciente de que la opción por el camarista fue más bien una decisión de Abdo que denota cierta necesidad de preservar en el tiempo futuro el pacto cicatrizante que incluso asegure la supervivencia de una suerte de impunidad latente con vistas al próximo período constitucional de gobierno, más aún si en éste no lidera el coloradismo tras las elecciones de abril, por si acaso eventualmente sobrevenga la alternancia en el Ejecutivo a través de la Concertación opositora.

En cierto modo, la movida del Gobierno está lanzando la posibilidad de que habría un nuevo “abrazo republicano” después de la interna del domingo, porque tanto abdistas como cartistas ya se necesitarán mutuamente para seguir firmemente enlazados en el blindaje de impunidad, más todavía si las elecciones generales les son desfavorables.

Marito tenía la potestad constitucional de elegir y podría haberse volcado por Cecilia Pérez Rivas, su anterior colaboradora, pero prefirió notoriamente el pacto cicatrizante, donde todos se pusieran de acuerdo en el Senado, incluidos los cartistas. 

No tenía otra salida, porque en forma sugestiva la embajada no aceleró el tema de las extradiciones de los “significativos”, dejándole al presidente sin otra alternativa que el nuevo “abrazo”, hasta con la izquierda luguista que aprecia a Fernández por haber sentenciado a favor de los campesinos de Curuguaty apresados tras los trágicos episodios del 15 de junio de 2012, que precedieron al “golpe parlamentario” contra el ex obispo.

 

El factor EE.UU.

Finalmente no llegaron, en la fase preelectoral, nuevas designaciones de “significativamente corruptos” ni pedidos de extradición contra los ya señalados como en los casos últimos de HC y Hugo Velázquez, por lo que la intención norteamericana habría sido no poner muy caldeado el proceso previo a la cita comicial del 18 de diciembre, esperando también a ver qué pasaba con la elección del nuevo fiscal general, que es un puesto clave en la lucha contra la corrupción y la impunidad, que aparece como prioridad entre los objetivos básicos de la política de Washington hacia el Paraguay. 

Una explicación de la actitud de Estados Unidos habría que buscarla en las últimas declaraciones del embajador Marc Ostfield, quien afirmó que “la decisión está en manos de los paraguayos”, en alusión notoria al resultado que se espera en las urnas, pero no por ello su gobierno dejará de seguir “denunciando la corrupción y a los corruptos”, según aclaró.

Pero el acompañamiento norteamericano al pueblo paraguayo existirá con la condición de que “elija el camino de la transparencia y el Estado de Derecho”. 

Lo dicho por el embajador se encuadra en la postura de esperar el pronunciamiento de las urnas, para después asestar el golpe eventual de las extradiciones, que tendrá que pasar por una fiscalía renovada, si es que eso se propone concretar el nuevo titular del Ministerio Público, y también dependerá de un nuevo enfoque del Poder Judicial al servicio del pueblo, en una Corte Suprema ya supuestamente desprendida de la nefasta influencia de Antonio Fretes.

El diplomático fue enfático al indicar que “es palpable la frustración de la ciudadanía con la impunidad reinante y su demanda de que los procesos legales avalen investigaciones y condenas oportunas en casos de corrupción, incluyendo el aumento de las penas”.

Al mismo tiempo dio a conocer un listado de las medidas que deberían tener vigencia contando con el aval de las investigaciones fiscales y judiciales que las hagan realidad, como la formalización de la economía, el aumento de la transparencia en las licitaciones gubernamentales, el fortalecimiento del sistema judicial para manejar mejor las disputas legales y la protección de la propiedad intelectual.

La Corte ya dio una señal en el sentido de ir cambiando la mala imagen judicial, no sólo al pedir la renuncia de Fretes antes de su alejamiento por cumplir los 75 años, el año próximo, sino también porque acaba de decidir no mantener en su cargo al cuestionado síndico de quiebras Blas Velázquez, un compueblano de Fretes de Quiindy, en el departamento de Paraguarí.

 

Derrota cartista

La unánime decisión en favor del elegido por Marito para la fiscalía general, contando además con el apoyo de HC, sobrevino pocas horas después de la derrota que sufrió el cartismo en el mismo Senado, donde no hubo quórum finalmente para tratar el proyecto de derogación de la ayuda de la Unión Europea para el sector educativo.

En términos electorales, daba la impresión que Cartes se jugaba una gran chance a favor con el proyecto ya aprobado en Diputados, y que venía muy bien para contar con el voto de un sector del electorado identificado con el lema de “Dios, Patria y Familia”, enarbolado preferentemente por gente de la derecha política. 

Pero Marito Abdo consiguió unificar a su bancada oficialista con sectores opositores con el fin de demorar el tratamiento de la derogación del apoyo europeo, ya aprobada por el cartismo y sus aliados en la Cámara Baja, lo que a su vez preanunció el acuerdo para la Fiscalía General entre los senadores, no teniendo otra opción los legisladores cartistas que adherirse también al visto bueno para el elegido del presidente con el fin liderar el Ministerio Público en los próximos cinco años.

A Cartes sólo le queda esperar un triunfo el próximo domingo en la interna de la ANR, con el fin de mantener incólume su poder, pero en el caso de una derrota a manos de Marito y su sector Fuerza Republicana, se notará la importancia del paso dado por el jefe de Estado de satisfacer el pedido de Hugo Velázquez con la elección de Emiliano Fernández al frente de la Fiscalía, ya que así se mantuvo finalmente el frente unido del oficialismo.

De todas maneras, es posible que HC siga teniendo peso propio en el proceso político, atendiendo al hecho de que sus votos serán importantes a la hora de enfrentar a una oposición unida el 30 de abril. 

Además, no hay que olvidar que el abrazo de impunidad sigue latente entre los colorados, como lo demostró tanto la unidad oficialista como el apoyo cartista para la aprobación del nombramiento de Emiliano Rolón en la fiscalía general.

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