Sanciones de EE.UU. quieren acelerar cese del poder fáctico

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El expresidente del Jurado de Enjuiciamiento, Jorge Bogarín Alfonso, es “significativamente corrupto” para Estados Unidos y comparte la misma sanción con Horacio Cartes, quien lo apoyó para llegar a ese puesto en representación de los abogados.

Escribe: Luis Alen.

La nueva sanción de Estados Unidos contra el ex titular del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, Jorge Bogarín Alfonso, junto a su amigo y funcionario judicial de San Pedro, Vicente Ferreira, y el ex presidente de la Dinac, Edgar Melgarejo, consolida el objetivo de mostrar la inquietud norteamericana por la falta de independencia del Poder Judicial respecto al poder fáctico político y económico de Horacio Cartes.

El embajador de Estados Unidos, Marc Ostfield, sigue dominando la escena política nacional, hasta el punto que la ciudadanía se pregunta ya si qué está detrás de la intención de “limpiar la Justicia” con las sucesivas designaciones de “corruptos significativos”, cuando también se está a las puertas de una elección en la que el poder fáctico de Horacio Cartes se juega su futuro.

HC no le va en zaga también al embajador en cuanto al dominio de la escena se trata, porque el viernes 24 de marzo hizo un verdadero “show” en televisión y en las redes sociales, con su “despedida” del Grupo Cartes, donde volvió a presentarse como una víctima de los norteamericanos y que daba el famoso “paso al costado” en sus empresas para “defender 5.000 puestos de trabajo”.

Pero Horacio hizo de la actual situación en la que dice “sufrir mucho”, un verdadero motivo de impulso a una imagen personal de liderazgo en la ANR, al no desaparecer de la escena política, como es la intención real del Gobierno de Estados Unidos con la seguidilla de medidas tomadas no sólo contra el titular colorado, sino contra otros personajes ligados de alguna manera al mantenimiento de un sistema de corrupción e impunidad que hace de la política nacional un campo minado donde tienen poca chance quienes sinceramente quieren un futuro mejor para el país, comenzando por la independencia del Poder Judicial.

Las nuevas designaciones, como la que fue dictada contra el extitular del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) y actual miembro del Consejo de la Magistratura, Jorge Bogarín Alfonso, tienen la finalidad de advertir sobre las consecuencias graves para EE.UU. de la obstrucción del debido proceso judicial, que debe ser transparente y plenamente regido por la más amplia legalidad y apego a las normas, sin obstáculos interpuestos desde el plano político o el poder fáctico.

 

“Intromisión” vs. Cartismo

Las sucesivas medidas de la potencia del Norte rozan es cierto la línea roja de la “intromisión en los asuntos internos”, como señalan algunos voceros cartistas y otros legisladores colorados que incluso arremeten contra el embajador Ostfield al pretender descalificarlo moralmente por su declarada condición de homosexual. 

Pero el Gobierno norteamericano sigue estrictamente una lógica política al apuntar contra el poder fáctico de HC, ya que considera que están en juego sus intereses de seguridad nacional al vincular al titular colorado y líder de la corriente cartista, así como al vicepresidente Hugo Velázquez, nada menos que con la organización terrorista libanesa Hezbollah, que fue declarada enemiga número uno de Washington.

El embajador Ostfield lo reiteró en la última conferencia de prensa de la semana pasada, cuando dijo que no se trata de favorecer a la oposición en las elecciones, sino que cualquiera sea el resultado de los comicios, trabajará con el ganador y nuevo jefe de gobierno teniendo el mismo objetivo de ayudar a desterrar la corrupción en la administración pública y la impunidad en la Justicia, que son finalmente el caldo de cultivo para los tráficos de frontera y la ominosa financiación al terrorismo internacional.

Con esta aclaración se espera que, de ganar Santi Peña la presidencia de la República, se ponga en el mismo camino que va marcando la embajada de Estados Unidos en los últimos meses, donde claramente se establece, como condición ineludible de las relaciones con la potencia hegemónica, la reducción y hasta la desaparición de la marcada influencia política sobre la Justicia.

El problema de Santi está en la duda de si su mentor Horacio le permitirá una actitud “independiente” del Palacio de López ante  su poder fáctico de la calle 25 de mayo, que ostenta cada vez con mayor vigor como presidente de la junta de gobierno de la ANR, pese a las “dolorosas” sanciones financieras norteamericanas, como el mismo Cartes lo reconoció al pedir que no le suelten la mano a los dirigentes y “hurreros” que fueron a llevarle su voz de aliento en el nuevo cuartel general cartista en que se ha convertido la casa de los colorados.

Para algunos analistas, la ofensiva norteamericana no terminará en las nuevas prohibiciones de pisar territorio de USA para exponentes aparentemente de menor nivel que HC, pero que suenan a un recordatorio de las posibles medidas adicionales destinadas a sacar de la escena política al titular colorado, como el caso de un pedido de extradición. 

¿Sería antes o después de las elecciones? Es la gran interrogante que flota en el ambiente político, porque si la medida antecede a los comicios podría tener un efecto devastador para la ANR, que ya se halla afectada actualmente por la falta de crédito y debe buscar recursos de donde sea e incluso escarbando en fuentes oscuras, dada la necesidad de financiar la campaña de sus candidatos y especialmente para el día D.

La opción B de los “yanquis” sería dejar el tema extradición para después de las elecciones, quedando las siguientes medidas a tenor del resultado electoral, ya que si gana la oposición cambiaría radicalmente la situación de Cartes como “mariscal de la derrota” y obligado eventualmente a renunciar por dicho motivo, para que así vuelva el abdismo a controlar la ANR.

Pero si vence la ANR, resulta obvio que Horacio tendrá su poder fáctico en la cima y en condiciones de convertirse en el verdadero hombre fuerte de la política paraguaya, capaz de influir en forma decisiva sobre la misma Corte Suprema para evitar su extradición a Estados Unidos.

Más que nunca el resultado de una elección marcará el “nuevo rumbo” del país, sacando de escena a HC o llevándolo a un mayor poder. Ahora se explica por qué renuncia a sus empresas y no a la ANR, porque al liquidar el Grupo Cartes y no dar el paso al costado en el plano político, el mensaje que da Horacio a los norteamericanos es que ahora es más poderoso aún pese a las sanciones financieras, por el hecho cierto de que siempre estuvo más cómodo, como pez en el agua, nadando en las tenebrosas correntadas del dinero negro.

 

Presión sobre la Fiscalía y la Corte

Casi al mismo tiempo que se daba a conocer la sanción contra Bogarín Alfonso, Ferreira y Melgarejo, la fiscalía general ahora a cargo de Emiliano Rolón desempolvó las investigaciones contra Horacio Cartes que habían estado cajoneadas durante años por la exfiscala general Sandra Quiñónez, y que hacen relación a denuncias contra HC por contrabando de cigarrillos, lavado de dinero y declaración falsa, además de la causa inmovilizada también sobre el caso del avión iraní con vinculaciones terroristas.

Rolón sacó de la investigación al fiscal Osmar Legal, quien había expresado el año pasado que no imputaría a Horacio sin tener argumentos contundentes, más aún por tratarse de una persona de “alto perfil”.

La presión sobre la Justicia sube de tono para llegar a un juicio contra Cartes, eventualmente, pero todo dependerá finalmente de una mayoría a favor en la Corte Suprema, tanto para una condena firme como para la aprobación de una extradición a pedido del Gobierno norteamericano.

El rápido nombramiento del nuevo ministro de la Corte, Gustavo Santander Dans, se constituye también en otro motivo de presión para que el Poder Judicial se independice de la tutela política y del reinado del poder fáctico cartista. La decisión senatorial pasa ahora a consideración del presidente de la República, quien igualmente en forma acelerada podría dar su parecer favorable a la elección del citado miembro de la cámara de apelaciones.

Por iniciativa opositora hubo una decisión ultra rápida en el Senado, que tomó por sorpresa al cartismo, para después conseguir la unanimidad de los senadores, lo que indica que incluso HC tuvo que apoyar la elección de Santander Dans para no quedar arrinconado en pocos votos que denotarían su creciente pérdida de influencia en pleno contexto electoral.

El nuevo ministro de la Corte aparece así con un respaldo suficiente para acometer la tarea de acompañar los nuevos vientos de renovación que empiezan a soplar en el Poder Judicial, incentivados por la fuerte corriente proveniente del Norte.

 

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