Santi Peña propuso a Lula la renegociación total de Itaipú

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El presidente electo Santiago Peña visitó el martes 16 a Lula da Silva en Brasilia y uno de los temas fue el inminente inicio de la renegociación del Tratado de Itaipú.

Escribe: Luis Alen.

 

Una vez casi superada la crisis por la denuncia de un supuesto “fraude electoral” por parte de Payo Cubas y de un sector de la oposición, el presidente electo Santi Peña realizó su primer contacto internacional, viajando a Brasilia el 16 de mayo para reunirse con Lula da Silva en el palacio de Planalto, y hablar de una posible renegociación total del Tratado de Itaipú, no sólo de su Anexo C como estaba previsto inicialmente desde el 15 de agosto, cuando asuma el nuevo jefe de Estado paraguayo.

 

 

Paraguayo Cubas utilizó muy bien las redes sociales no sólo para azuzar a las masas poniendo en jaque el proceso post-electoral, sino también más calmado solicitó con un vídeo desde la prisión que sus seguidores desistan de las protestas callejeras, al ver que el bloqueo de la avenida Eusebio Ayala frente a la Justicia Electoral, era ya comandado por grupos de indígenas que protestaban por la falta de asistencia del Gobierno, pero estaban amenazados por la policía que iba a proceder a desalojarlos de la vía pública para garantizar el libre tránsito de vehículos.

El mismo día del manifiesto de Payo a la ciudadanía pidiendo cesar las manifestaciones contra el supuesto “fraude electoral”, el presidente electo Santi Peña se reunió en Brasilia con el jefe de Estado brasileño, Lula da Silva, con quien trataron varios temas de la relación bilateral, incluido el acuerdo Mercosur-Unión Europea, pero en especial la próxima renegociación del Tratado de Itaipú, específicamente el Anexo C sobre las prestaciones financieras de la usina binacional y la posibilidad de vender la energía a precio de mercado.

Peña deslizó la posibilidad de avanzar no sólo en el tema financiero de la gran represa binacional, sino dio a entender la factibilidad de una renegociación total del Tratado, para poner a tono con los nuevos tiempos una obra monumental que ya tiene 50 años cumplidos pero que necesita de una actualización en su documento principal estatutario en beneficio de los dos países y principalmente del Paraguay.

Fue el primer periplo al exterior del presidente electo comenzando por Brasil, un país con el cual se deberán iniciar las negociaciones sobre Itaipú al cumplirse los 50 años del Tratado casi en coincidencia con la asunción del nuevo jefe de Estado paraguayo, el próximo 15 de agosto.

El nuevo gobierno colorado-cartista tiene la responsabilidad de impulsar una buena negociación para nuestro país, por lo que las mismas expresiones de Peña son relevantes a la vuelta de Brasilia, al señalar que “nada impide que revisemos todo el tratado y los demás anexos, como ya se hizo en el pasado, no estamos limitados sólo a esto, tenemos que ver cuál será el rol que cumplirá este gran emprendimiento binacional”.

Siempre se ha dicho que una buena negociación pasa por el reconocimiento de Brasil para aplicar el precio de mercado a la electricidad perteneciente al Paraguay, así como acerca de la libre disposición de la energía y su venta a terceros países además del socio brasileño, lo que actualmente impide el Tratado de 1973.

 

La bancada anticartista

Después de poner en entredicho la confiabilidad del sistema electoral con las máquinas de votación electrónicas, alegando un masivo “fraude”, la sensata actitud de Payo Cubas de llamar a la calma a las huestes de Cruzada Nacional no impide que se siga dudando de la real determinación del “payismo” de unirse a la propuesta de formar en el Congreso una bancada anticartista, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados.

Es que existe una especie de recelo en gran parte del arco opositor sobre la línea que Payo Cubas y su gente podría adoptar con relación a realizar un fuerte control sobre el gobierno colorado-cartista, en alianza con las demás fuerzas opositoras incluyendo a republicanos disidentes vinculados al abdismo, actualmente en decadencia marcada.

Es que empezando por los liberales, tampoco existe la plena seguridad que la totalidad de sus senadores y diputados adopten una postura de firme oposición ante Santi Peña y las órdenes provenientes del Patrón HC.

Cubas debería tener un gran protagonismo en la oposición a partir de sus casi 700 mil votos que prácticamente sirvieron para impedir que la Concertación se alzara con el triunfo el 30 de abril. Pero la gran duda persiste en torno a si realmente se erigirá en un líder opositor, o se prestará a otorgar más bien gobernabilidad a Santi Peña tendiendo puentes con la bancada colorada, más aún cuando también se sabe que el cartismo podría tener un fuerte contrapeso con los legisladores afines al liderazgo aún vigente de Marito Abdo, procedentes de Fuerza Republicana.

El gobierno de Peña requerirá de medidas firmes con el acompañamiento del Congreso, para equilibrar la macroeconomía y así reducir el déficit fiscal, pero más firmeza aún tendrá que mostrar para atraer inversiones privadas, especialmente extranjeras, en el ámbito de la seguridad jurídica y la defensa de la institucionalidad, con el fin de disminuir la corrupción y la impunidad en la actividad estatal con ramificaciones en el sector privado.

La gran pregunta es si Santi exhibirá la suficiente cintura política para conseguir una mayor independencia de las órdenes de su Patrón, el titular colorado Horacio Cartes.

HC sigue amenazado por más medidas judiciales desde Estados Unidos, como sería un posible pedido de extradición, pero hasta el momento está siendo observado por el Gobierno norteamericano en su comportamiento para influir sobre la gestión de Peña.

Por ahora, el mismo Cartes adelantó que no intervendrá mucho para condicionar los nombramientos que hará el nuevo presidente en su plana mayor del Ejecutivo, pero se puede esperar desde ya que la tendencia sea la de elegir ministros y otros altos cargos que provengan del círculo áulico de confianza de Horacio, por aquello de que, según Santi, “hay buenos técnicos con afiliación a la ANR”, que es la primera condición anunciada por encima de una buena calificación profesional, volviendo así a resurgir los resabios más criticados de la dictadura stronista.

 

El poder fáctico de HC

La contundente victoria de la ANR del 30 de abril le confirmó a Horacio Cartes la continuidad de su poder fáctico, pese a la presión norteamericana sobre sus negocios. A la negativa de otorgarle la visa en julio, le sobrevino el triunfo en la interna colorada de diciembre, y a la anulación de participar en el sistema financiero de Estados Unidos le siguió la aplastante valoración del electorado en las generales, lo que habla a las claras que el cartismo tiene sus raíces bien firmes tanto en el sentir ciudadano como en la economía, incluso con el impedimento financiero para la ANR tras haber sido inhabilitado su líder para conseguir créditos en el mercado legal bancario de nuestro país y del exterior.

Cunde la expectativa por ver cuál será la manera de convivir entre HC y Estados Unidos de ahora en más, teniendo en cuenta que la potencia norteamericana también puede analizar si le conviene tener como “aliado” a Cartes, dentro de la perspectiva de sus intereses a nivel mundial. Es el caso de Taiwán, con el anuncio de Santi Peña de la continuidad de la relación con la isla “rebelde” de China, lo que habrá sido recibido con buenos ojos por Washington y se anotó desde ya como un punto a favor de Horacio en su pulseada con las agencias norteamericanas antilavado, antidrogas y anticontrabando de tabaco.

La propuesta hecha por Santi ahora a Brasil de negociar todo el Tratado de Itaipú también le puede ayudar a Cartes para presentarse ante el vecino como el elemento clave para llegar eventualmente a un arreglo conveniente para ambas partes en la usina binacional, a sabiendas que HC tiene grandes intereses en la continuidad sin mayores trabas del tráfico de tabaco en la frontera, que ha sido siempre de lejos su negocio más rentable pero también un punto de fricción en las relaciones paraguayo-brasileñas.

Muchos expertos han expresado su preocupación de dejar la negociación de Itaipú en manos del cartismo, por las obvias implicancias que tendría el negocio tabacalero de HC para que finalmente se imponga el punto de vista más conveniente para los brasileños en Itaipú, a cambio de dejar casi sin obstáculos el camino del contrabando de cigarrillos en el vecino país para beneficio de los traficantes fronterizos.

Pero Estados Unidos lo que desea es terminar con el negocio transnacional de HC, incluido el tráfico de cigarrillos que como se sabe en su mayor parte está dirigido al Brasil.

Así como el voto encriptado de las máquinas de votación debe ser aceptado por los miembros de mesa prácticamente a ciegas, con el resultado categórico en las elecciones que ha sido favorable para HC y la ANR, también Estados Unidos le tiene que aceptar a Horacio, de buena o mala gana, como un “aliado estratégico” inesperado, toda vez que éste se avenga en primer lugar a seguir la orientación de la potencia hegemónica en el tema Taiwán, como ya lo hizo; logre “lo más pronto posible”, como lo prometió ya Santi Peña, un acuerdo con Lula sobre Itaipú para evitar crispaciones innecesarias entre dos aliados fundamentales en Sudamérica, y finalmente adopte una postura más colaboracionista con Washington en el ámbito continental latinoamericano, donde la izquierda campea a sus anchas y los regímenes de derecha como el cartismo son la excepción.

Hay que tomar en cuenta por ejemplo el guiño favorable que había lanzado Santi a pocos días de ganar los comicios, cuando sorprendió a todos al anunciar una posible reanudación de relaciones diplomáticas con el régimen dictatorial venezolano del bolivariano Nicolás Maduro, en una jugada típicamente ligada a promover contrapesos contra la presión norteamericana sobre HC.

El hecho de que Santi Peña haya sido recibido por Lula ayudó mucho a despejar el camino para el inicio de la negociación sobre Itaipú, pero también puso sobre el tapete el reconocimiento internacional al presidente electo, a despecho de las denuncias de fraude electoral. Las misiones de observación de la OEA y la Unión Europea han concluido que las elecciones fueron ejemplares con algunos tropiezos a pulir en próximos comicios, con lo cual las nuevas autoridades nacionales han sido legitimadas, por lo que ahora se debe esperar que vuelva la confianza ciudadana hacia el sistema electoral nacional, basado en la utilización de las máquinas electrónicas de votación.

Lo interesante que se puede rescatar de todo lo ocurrido es que por encima de los avatares políticos y hasta de los resultados electorales adversos para la oposición, está el convencimiento bien instalado en la conciencia pública que lo mejor para el país es el afianzamiento de sus instituciones, a partir de la plena vigencia de la Constitución, del ordenamiento legal y de la independencia de la Justicia.

Esto se pondrá a prueba muy pronto, en el caso que al mismo Horacio Cartes se le presenten procesos tanto judiciales como de índole administrativa, por sus negocios en el sector tabacalero y por las acusaciones de lavado de dinero o de contrabando, y de sobornos en la actividad política, denunciados nada menos que por la primera potencia mundial.

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