Escribe: Luis Alen.
Un verdadero “exocet” en su línea de flotación ha recibido la ANR como golpe colateral de la sanción financiera de Estados Unidos contra Horacio Cartes, ya que éste no puede firmar ningún préstamo con los bancos de plaza para financiar la campaña electoral, que ya va entrando en su recta final. Cualquier entidad bancaria tiene vedado prestarle a Cartes donde estampe su rúbrica, pero en el caso de la ANR se está a la espera de un dictamen jurídico acerca de si HC puede delegar la firma en otro dirigente de la cúpula colorada de la junta de gobierno.
HC es un verdadero “paria” en materia financiera para los Estados Unidos, lo que se hace extensivo en forma increíble a gente de su entorno en el plano local, pese a los recurrentes amagues de defensa de los abogados cartistas en relación a la falta de “jurisdicción” del Tesoro norteamericano en el Paraguay para inhibir a algún compatriota de girar en el circuito monetario nacional.
Todo lo contrario, los bancos no quieren meterse en problemas y aconsejan al Partido Colorado, que es la principal agrupación política nacional en el manejo de gran cantidad de recursos, evitar que su presidente Horacio Cartes firme algún documento de crédito relacionado con la intensa campaña electoral que va requiriendo ingentes fondos para impulsar no sólo la candidatura de Santi Peña-Pedro Alliana a la presidencia de la República, sino para los demás cargos electivos en el Congreso, las gobernaciones y las juntas departamentales.
Para tener una idea del grave problema financiero de la ANR, se necesita alrededor de G. 40 mil millones para la campaña (unos US$ 5,5 millones), que es una cifra ya aprobada anteriormente por la misma junta de gobierno.
Resurge lucha interna
Pero para Horacio esto significa más embrollo porque no sólo está imposibilitado de mover sus fondos por la atenta mirada de los “yanquis” a sus movimientos para desprenderse de los activos en su poder hasta el 27 de marzo, sino también porque hay una sorda lucha subterránea entre el cartismo y el abdismo para acudir en ayuda de sus candidatos.
Aún cuando integran la Lista 1, cada uno de los movimientos trata de posicionar a la mayor cantidad de los suyos dada la vigencia del voto preferencial, como ocurrió durante la interna, cuando se vio una notable paridad de fuerzas entre Fuerza Republicana y Honor Colorado, e incluso el primero obtuvo llamativamente mayor cantidad de votos totales, a pesar de la defección de Marito en la puja con HC por la titularidad colorada.
Por lo que se ve, lo que interesa es con cuántos lugares se quedará cada movimiento en las instancias representativas después de las elecciones, lo que será vital para las futuras negociaciones con el nuevo gobierno, sin importar que sea de extracción colorada o de la Concertación opositora.
En un principio se había producido una estampida de candidatos oficialistas hacia el cartismo, precisamente en busca de financiamiento a la vista del vaciamiento en sus alforjas tras la reñida interna colorada, pero ahora se estaría ante otra realidad con los problemas de Horacio para firmar créditos, lo que haría repensar a los de Fuerza Republicana para volver a las carpas originales lideradas ahora por el presidente Marito Abdo desde Mburuvicha Roga, quien claramente ha bajado línea a sus ministros de apoyar a los candidatos oficialistas, más aún después que Santi Peña diera la imagen de que no quiere, o no puede, despegarse de la figura de Cartes.
Cartes en la mira
Así como el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, los bancos miran ahora con lupa todos los movimientos que haga HC para no contaminarse al estar potencialmente en zona de riesgo y sufrir algún ramalazo de la potencia hegemónica que le podría ser fatal, al no poder operar por ejemplo en dólares.
Salvado el problema financiero de la ANR con alguna firma que no sea la de Cartes sin que éste renuncie a pesar que el estatuto partidario dice claramente que quien rubrica los documentos en materia de obligaciones financieras es el titular de la junta, otra cuestión que urge a Horacio es la necesidad de buscar prestanombres para desprenderse de sus acciones mayoritarias en las empresas del Grupo Cartes, lo que indudablemente desencadenaría otras movidas de investigación de los norteamericanos, que estarán vigilantes de quiénes finalmente vengan en “auxilio” de HC.
El problema es que los del Norte están decididos a seguir la trazabilidad del mecanismo de lavado de dinero que fue la base para la formación del imperio empresarial cartista, y qué mejor información resultaría de la que ahora podría derivar de las transacciones de acciones, las que también desvelarán los “socios” de Horacio que se presten para mantener a salvo los recursos del Patrón, con el lógico potencial de recibir también los coletazos de las sanciones norteamericanos.
Llegado a este punto, para HC se presenta un panorama político sombrío, pues su imagen de árbitro de la política basada en su gran capacidad monetaria ha caído por el suelo, por lo que debería analizar qué le conviene más para el futuro de sus negocios. De momento, su salida del Grupo Cartes ha sido la respuesta en el plano empresarial, pero no se consumó su renuncia a la ANR, lo que abre un frente de lucha política a la espera del resultado de las elecciones.
Una victoria el 30 de abril le daría un respiro eventualmente en el caso que Santi Peña llegue al Palacio de López, por la posibilidad de retrasar alguna medida de extradición, pero una derrota le obligaría a negociar rápidamente con la mayor potencia mundial, que por lo visto lo quiere fuera de la escena política nacional y del control de los negocios no tan santos de esta República, incluyendo las acusaciones del Gobierno de Joe Biden de las conexiones con grupos terroristas del Medio Oriente.
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